El trasfondo del viaje del gobernador Juan Manzur a Buenos Aires tuvo por objetivo intentar mandarle un mensaje al peronismo de Tucumán mostrando las aceitadas relaciones con la Casa Rosada. Pero también, pensando en que este 2021 se trata de un año electoral, quiere quedar como el reactivador de la economía tucumana, por lo que recurrió al viejo truco de la obra pública.
Es por ello que en su periplo por Buenos Aires, también apuntó a conseguir de parte del Gobierno nacional que el propio Alberto Fernández le facilite la plataforma de inversiones públicas que necesita su administración para mejorar el ritmo de ejecución de obras públicas. En ese marco, desde la Nación ratificaron el compromiso de aportar más de $30.000 millones para los trabajos públicos que ya cuentan con proyectos ejecutivos.
Peo también se trata de dinero que se destinará a otras iniciativas que, en los próximos dos meses, se irán elevando a consideración del Gobierno federal. No en vano, ni lerdo ni perezoso, el gobernador manifestó que “las puertas de la Casa Rosada están abiertas de par en par para Tucumán”, antes de emprender el regreso a esta ciudad desde la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. ¿Habrá querido decir que será así mientras él conduzca la provincia?
La realidad es que la incursión en persona del gobernador Juan Manzur por los despachos oficiales, no oculta un mensaje político en la puja de poder que mantiene con el vicegobernador Osvaldo Jaldo. Fue hábil el titular del peronismo tucumano en desplegar una impensada agenda sin que ninguno de los funcionarios nacionales se excusara de recibirlo. ¿Acaso fue por un pedido del propio Alberto Fernández?
La realidad es que Manzur no dice nada al respecto, pero exhibe públicamente las fotos junto con los ministros Matías Lammens, Gabriel Katopodis, Martín Guzmán, Nicolás Trotta y, finalmente, el jefe de Gabinete de ministros, Santiago Cafiero. Tanto en las charlas con Guzmán y Cafiero, el gobernador se aseguró la colaboración técnica, presupuestaria y administrativa para que los fondos lleguen una vez que estén listos los proyectos ejecutivos.
Manzur convocó ayer a su gabinete a una reunión en la que se avanzará con los proyectos del sector turístico y también con un plan que beneficiará a las 93 comunas rurales. En principio, existiría una partida mayor a los $3.000 millones para que cada comisionado rural priorice una obra en particular dentro de su jurisdicción. ¿Acaso se trata de una forma de intentar comprarles la voluntad a quienes siempre le respondieron a Jaldo?
Todo esto parece indicar una sola cosa, que el gobernador empieza a sentir miedo de que el peronismo termine de volcarse por el titular de la Legislatura y comiencen a darle la espalda. Nunca es buena consejera la ansiedad en política, pero a Juan Manzur le cuesta cada día más ocultar que siente que Osvaldo Jaldo se perfila para sucederlo. Y esto tiene lugar sin importar las obras que realice ni las reuniones que mantenga con el Gabinete nacional de Ministros.
