Boca Juniors dio un nuevo paso detrás del gran objetivo que le queda en el 2021: venció 1-0 a Argentinos en Mendoza y se convirtió en finalista de la Copa Argentina, que además de otorgar un título, le ofrece al campeón una plaza para la próxima Copa Libertadores. Luis Vázquez, a los 10 minutos del segundo tiempo, anotó el tanto decisivo para un Xeneize que no brilló, necesitó de un Agustín Rossi figura, pero fue contundente.
Desde el inicio, el Xeneize apostó a presionar en la salida de Argentinos, que por propuesta intenta comenzar las acciones con el balón rodando sobre el césped, sin importar la asfixia. Así, los de Battaglia recuperaron alto o forzaron pérdidas en un par de oportunidades, y un remate de Almendra por encima del travesaño resultó la acción más peligrosa. El mediocampista asumió el rol de lanzador, pensando en la velocidad de villa y Pavón como armas.
Pero poco a poco el Bicho fue ganando la mitad de campo, más allá de cierta predilección de redundar en el pivoteo de Ávalos. Con Florentín y Carabajal como titiriteros, empezó a controlar las acciones y llegó dos veces. Una, tras un lateral de Mac Allister que conectó el citado Carabajal dentro del área. Otra, luego de una pared entre Ávalos y Florentín, que el volante culminó con un remate rasante y desviado.
Boca jugó incómodo, sólo encontró filo a partir de acciones individuales, sobre todo por las bandas. Como el desborde de Medina que Izquierdoz no alcanzó a conectar (y terminó bajando imperfectamente para Vázquez). O dos lances de Villa y Pavón. Argentinos, en tanto, no consiguió traducir en riesgo los largos tramos de posesión. Y no se sacaron ventaja.
Los primeros compases de la segunda parte ofrecieron la imagen más angustiante de Boca. Que pudo verse abajo en el marcador en el mano a mano de Carabajal (que aprovechó un error en la salida), pero el balón dio en el palo. Los de la ribera no podían salir ni encontraban la pelota. Pero, primero, Almendra halló a Pavón en un balón largo y el centro al medio no terminó en la red porque un defensor se anticipó a Luis Vázquez. Y a los 10′, casi inmediatamente, el atacante conectó un tiro libre de Villa y le dio la tranquilidad al Xeneize.
5 minutos después, Reniero, tras una corrida frenética, casi pone el 1-1, pero lo impidió Agustín Rossi. El delantero ex Racing y San Lorenzo, además, fue el protagonista de la gran polémica de la noche. A los 22 minutos, el punta gritó tras asistencia de Ávalos, pero el árbitro Fernando Echenique lo anuló a instancias de su asistente Facundo Rodríguez. Todo el banco del Bicho se le fue encima al juez principal luego de observar la jugada en la tablet (Gabriel Milito fue expulsado). Sin embargo, una situación curiosa le dio la razón a la terna arbitral: luego de que un jugador de Argentinos metiera el balón en el área, Reniero pifió y fue ahí que derivó en Ávalos, quien volvía del offside. Si hubiera rozado al menos el Príncipe, todo hubiera quedado convalidado.
A partir de la solidez defensiva, luego el Xeneize casi no penó. Nuevamente Rossi, ante un remate de Florentín, le bajó la persiana al arco y a la llave. Boca venía de dos derrotas seguidas en las que no mostró una buena versión en el campo de juego. En el encuentro contra Vélez en Liniers se vio superado por El Fortín, que pegó en los momentos indicados para quedarse con la victoria (2-0). Y el pasado fin de semana, como local en La Bombonera, los dirigidos por Battaglia se encontraron rápido abajo en el marcador tras el error de Rossi en la salida y el penal a Carbonero que el Pulga Rodríguez cambió por gol. En la segunda mitad del juego, el local estuvo cerca del empate, pero no pudo batir al arquero de Gimnasia, que se llevó un gran triunfo de Brandsen 805. El triunfo le devuelve la paz y lo deja en las puertas de una posible vuelta olímpica, más allá de que volvió a quedar en deuda desde el juego.
El Xeneize se enfrentará en la definición de la copa al vencedor del partido que protagonizarán Talleres de Córdoba y Godoy Cruz el próximo viernes 12.