Los procedimientos alcanzaron a domicilios ubicados en las localidades de Los Britos, Los Herrera, Los Díaz, Los Romanos y Chicligasta, apuntando a un clan familiar que se dedicaba al abigeato.
El resultado fue el secuestro de gran cantidad de armas de fuego y municiones, 50 kilos de carne y gran cantidad de elementos que eran empleados para la faena de los animales robados en la zona.
La causa se inició a partir de la denuncia presentada por el productor Rubén Quinteros, a partir de la cual se inició la causa judicial que derivó en la orden del juez Roberto Flores, quien autorizó los allanamientos.
La modalidad empleada por los ladrones de ganado era apoderarse por la fuerza de los animales que eran inmediatamente faenados y su carne vendida a comercios del rubro en Las Termas de Río Hondo.
La gran cantidad de elementos secuestrados, que incluyó monturas, lazos, motocicletas, cueros de animales y cuchillos tipo carnicero, hace pensar que la banda fue totalmente desbaratada.