El kirchnerismo ha decidido ir contra el presidente de la Corte Suprema de la Nación, Carlos Rosenkrantz, en una muestra más de que harán lo que sea para lograr zafar de la Justicia. Incluso, si para ello deben llevarse puesta a la mismísima República. En ese marco, las consecuencias de esta decisión pueden ser de una gravedad pocas veces vista, teniendo en cuenta que la confrontación de cara a la sociedad será inevitable.
La ambición del partido gobernante implica verdaderamente salirse con la suya luego de que por medio de decenas de causas judiciales se demostrara su culpabilidad. Justamente, todas las acciones que emprendió el kirchnerismo desde su vuelta al poder fueron en ese sentido, siendo lo más visible de todo, el intento de reformar la Justicia. Ésta, permanece cajoneada en la Cámara Baja de Diputados debido a que no poseen los votos necesarios para aprobarla.
La remoción, por parte del Senado, de los tres jueces que investigan a Cristina Kirchner en sendas causas de corrupción parecía ser la gota que rebalsaba el vaso, pero no. La aparición del titular de la Corte Suprema convocando a sus pares para decidir sobre los trasladaos pareció ser el tope necesario para evitar que el kirchnerismo intentara cooptar a la Justicia por otra vía. Un par de días después, el oficialismo solicita un juicio político.
El objetivo es aleccionar a Rosenkrantz, castigarlo por osarse a poner un alto a la ambición kirchnerista de quedarse con el poder absoluto, quebrando al mismísimo sistema democrático y republicano de gobierno. Sacar del camino al presidente de la Corte Suprema servirá también como aviso a cualquier otro actor del Poder Judicial que intente ir en contra de los intereses espurios del kirchnerismo. En este sentido, el mundo entero tomó nota sobre el este atropello.
Editoriales de prestigiosos medios de comunicación internacionales y entidades varias se expresaron en contra de esta verdadera caza de brujas en la que incurre el kirchnerismo cuando algún actor social le entorpece el camino hacia la concentración total del poder que desea. Debido a que la sociedad no permitirá que esto ocurra, la confrontación irá tomando temperatura en los próximos días de esta semana.
Y es que para el lunes de la semana que viene, está prevista una nueva manifestación aprovechando el feriado del 12 de octubre. En una marcha que promete ser todavía más masiva que la última, la sociedad se manifestará en contra del Gobierno y de la avanzada kirchnerista en contra de la Justicia y en búsqueda de impunidad. La protesta ya se canaliza a través de las redes sociales y tendrá un contexto particular.
Y es que para el 17 de octubre, está prevista la primera manifestación pública en apoyo al Gobierno, quien movilizará gente por medio del aparato clásico del peronismo. Será la primera vez que ocurra desde que Alberto Fernández llegó al poder y más de medio año de cuarentena a causa de la pandemia. El kirchnerismo deberá entender que la escalada de la tensión social está llegando a un límite y cuyas consecuencias pueden ser catastróficas.