Comenzó la cosecha gruesa a mediados del mes pasado y en Chaco ya se puso en marcha el trabajo de acopio que realiza la Compañía Logística del Norte (Colono), en un marco de complicaciones por la bajante del río Paraná – que afecta a todo el sistema- y con una campaña de soja que no registra buenos rendimientos por adversidades climáticas en varios puntos de la provincia.
La planta, que data de 1972, cuenta con 100 mil toneladas de base estática de acopio y brinda servicio de recibo, acondicionamiento y embarque de la mercadería, que sale por barcaza. Por hora, tiene la capacidad de recibir 380 toneladas en camión, lo cual se traduce en una descarga de 12 camiones en la planta por hora. En nominal, descarga 800 toneladas la hora, por lo que en un turno de trabajo de ocho horas se descargan 100 camiones por día y se embarcan de dos a tres barcazas por día.
“En Colono estamos prestos a recibir mercadería y a embarcar. Comenzamos la semana pasada, ya están saliendo los primeros camiones, con la esperanza de que el río acompañe“, le contó a Infocampo el gerente operativo de Colono, Juan Camarasa.
Es que hoy el río está en 1.20 metros de altura, casi en cuatro pies. La situación no es la misma que años atrás y las expectativas son mejores, dado que ya comenzaron los trabajos de dragado que lleva adelante la compañía belga Jan De Nul en el riacho Barranqueras. De todas maneras, quienes están en el día a día explican que el caudal está otra vez demasiado bajo.
“Eso va a influir en la campaña que arrancó en estos días. Hacia fin de mes comenzaremos a embarcar y tendremos nuevamente inconvenientes“, advirtió, por su parte, Roberto Benítez, administrador del Puerto Barranqueras, en diálogo con Infocampo.
Benítez resaltó que la obra de dragado que lleva adelante Jan De Nul es fundamental. “Es algo que se venía pidiendo desde hace mucho tiempo y Capitanich tomó la decisión ni bien asumió. Esto pone en condiciones al Riacho Barranqueras, pero hay situaciones que se dan por naturaleza que no se pueden evitar. De todas maneras, no es un tema solamente del riacho, sino de todo el sistema”, señaló.
Semanas atrás, en Chaco se hizo un decreto que insta a avanzar con los pliegos de dragado del riacho, lo cual entusiasma a los dirigentes y a todos los actores de la actividad. “Si eso se acelera, tal vez pueda proyectarse alguna operación con un nivel de río que debería ser superior al actual”, subrayan.
REGIÓN CLAVE
Tanto Benítez como Camarasa resaltan lo estratégico de la ubicación del Puerto Barranqueras, un centro neurálgico para la bajada de las cargas del norte argentino, Paraguay, regionales de Bolivia y el sur de Brasil.
“Hoy, de las 3 millones de toneladas que produce Chaco en graneles, que terminan yendo a los puertos de Rosario, el Puerto Barranqueras moviliza el 10%. El impacto en términos de volumen no es tan significativo, pero apuntamos a que lo sea. El Puerto está preparado para triplicar ese volumen”, destaca Camarasa.
Este año, Colono adaptó un protocolo Covid con dos burbujas, extendiendo las descargas con dos turnos. Por eso, se logró que la capacidad nominal de descarga sea de 200 camiones por día.
El radio de originación del Puerto es complejo en términos logísticos, porque está ubicado a 200 kilómetros del centro productivo chaqueño. “Debemos traer la carga por camión, hacer el servicio portuario y después el fluvial. Eso tiene más competitividad cuando las campañas son muy grandes“, explica el directivo de Colono.
Por su parte, Benítez señala que la región maneja un volumen de 14 millones de toneladas, donde Chaco aporta unas 4 millones. En 2017, apenas el 2% de esa producción salía por agua. En 2018 alcanzó un pico máximo del 20%. A partir de ahí, el río comenzó a bajar.
“Si uno mira el mapa, nosotros estamos en un lugar estratégico. Si tuviésemos inversiones en infraestructura, estaríamos en condiciones de avanzar muy fuertemente en desarrollo industrial y productivo y de convertirnos en el segundo Rosafé. Eso requiere de políticas muy activas y fuertes de inversión y desarrollo, que desde la región estamos pidiendo a Nación”, asegura el titular del Puerto Barranqueras.
LA LICITACIÓN DE LA HIDROVÍA
Tanto para Benítez como para Camarasa, la licitación es una situación de extrema sensibilidad. Al norte de Santa Fe, donde están ubicados, cambia el sistema de navegación al pasar de 34 o 25 pies a 10 pies. La bajante afecta sustancialmente la navegación de las barcazas, por lo que se necesita que se mantenga la profundización y señalización.
“Lo importante no tiene que ver con la concesión o quién la hace, sino con problemáticas como la discusión sobre las diferentes profundidades, la industria naval, la flota fluvial. Porque podemos tener una súper producción, pero si no tenemos en qué cargar estamos en la misma. Como dice Capitanich, en NEA y NOA se produce el 30% de la producción de granos, minerales… Es una zona muy productiva, pero todo termina saliendo en tren o camión. La vía fluvial podría abaratar muchísimo los costos, sin matar a ningún medio de transporte. Esa es la discusión de fondo”, analiza Benítez.