LA GACETA consultó a cinco especialistas acerca de la proyección de las elecciones provinciales en las primarias nacionales de agosto. Coinciden en que los triunfos de los oficialismos peronistas o locales en las provincias no se deben traducir automáticamente a una derrota de Cambiemos en la elección presidencial. Si bien el retroceso del oficialismo nacional en los comicios de la primera mitad del año evidencia cierta debilidad, mientras María Eugenia Vidal conserve la gobernación de la Provincia de Buenos Aires el presidente Mauricio Macrimantendrá sus posibilidades de reelección.
El foco en lo local
El consultor Ricardo Rouvier interpreta que el gobernador que desdobla una elección busca priorizar los temas locales. Al diferenciar ese ámbito del nacional, nada impide que la mayoría que votó por un partido en las elecciones a gobernador vote por otro en los comicios presidenciales. “El pueblo de Córdoba que votó a Juan Schiaretti va a votar a presidente un día distinto. Ese día probablemente Macri gane en Córdoba, como ya pasó. Entonces ¿cómo? ¿Los mismos ciudadanos votan al peronismo y votan a Macri? Sí, votan al peronismo y votan a Macri. Y lo hacen porque hay un quiebre de las identidades políticas”, argumenta Rouvier.
De acuerdo con él, creer que las doctrinas influyen en el voto de la mayoría es un tropiezo, porque hoy la gente suele votar con una esperanza de gestión y no a partir de inquietudes ideológicas. “Hay sectores provinciales del peronismo -ejemplifica Rouvier- que me dicen: ‘nosotros vamos a salir a cuestionar el neoliberalismo’. Y yo les contesto: ‘hablen de cosas concretas, no de neoliberalismo’. Es interesante este error, porque cuando te dicen: ‘estamos en contra del neoliberalismo’, de algún modo parece el mundo del siglo pasado, ¿no? Pero ese mundo ya no existe, y mucho menos en las provincias”.
La crisis nacional impacta
Entretanto, el politólogo Luis Tonelli reflexiona sobre los comicios tucumanos y da vuelta la pregunta: “si la cuestión es si las elecciones provinciales tienen consecuencias nacionales, a mí me parece que es al revés. En realidad, las políticas nacionales son las que están influyendo en Tucumán, porque la caída en la popularidad de Macri impacta negativamente en las fuerzas que se alinean con Cambiemos”.
Así, si bien no le toman el pulso a las primarias, las elecciones provinciales sí participan del contexto nacional. “En las provincias -observa Tonelli- los radicalismos son víctimas de la imagen negativa del presidente, sobre todo si se comparan estas elecciones con las de 2017. La espuma que levantó el Gobierno nacional en las elecciones legislativas ahora se evapora y el caudal de votos de los radicalismos provinciales retrocede, en el mejor de los casos, al nivel de 2015”.
Derivación natural
Carlos Fara, especialista en opinión pública, descarta que las elecciones provinciales marquen tendencia nacional, porque varios de los resultados son previsibibles: triunfo de Gustavo Bordet en Entre Ríos, de Mariano Arcioni en Chubut, de Gerardo Morales en Jujuy… “No va a haber grandes novedades. Entonces será la derivación natural de la reafirmación de los oficialismos provinciales”, infiere Fara.
Él inspecciona además una conclusión que hasta ahora los analistas políticos no han examinado demasiado: las victorias oficialistas en las provincias quizá anticipan la reelección del presidente. “Como Córdoba -arguye Fara- no es tendencia nacional; como Santa Fe, por su particularidad, el socialismo, tampoco lo es, y como las provincias más chicas no hacen más que confirmar a sus oficialismos, lo que uno podría deducir es que esto debería llevar a la ratificación del oficialismo nacional, ¿no? Pero la moneda todavía está en el aire”.
Sólo un paso más
Mientras tanto, Mario Riorda, asesor de estrategias electorales, considera que ninguna provincia puede definir por sí misma la situación electoral del país: “creo que las elecciones provinciales simplemente son un paso más hacia la nacional. Un paso importante, pero nada más. Ni Buenos Aires, ni Córdoba, ni Santa Fe señalan al próximo presidente”.
Acerca de la relación de las elecciones de Tucumán con las nacionales, Riorda indica a esta provincia como señal de la realidad del norte del país: “al ser el mayor distrito de la región y uno de los más importantes de la Argentina, Tucumán tal vez explique la situación del noroeste. Y como el peronismo concurre disperso, también puede probar que las chances de ese partido son mayores si va unido”.
Buenos Aires define
En contraste con Riorda, que evalúa que ni siquiera la Provincia de Buenos Aires determina la elección presidencial, el sociólogo Marcos Novaro pronostica que, incluso si Macri accede a un eventual balotaje, una derrota de la gobernadora Vidal en ese distrito implicaría un golpe letal para el presidente.
“Las elecciones provinciales desdobladas -discurre Novaro- tienen alguna influencia en los comicios nacionales, sobre todo por el tema del territorio, que para Cambiemos fue difícil desde el principio. Es una coalición muy concentrada en los distritos centrales. Aunque en 2017 creció bastante y pareció volverse una coalición más federal, ahora está retrocediendo de todo ese territorio que había ganado. Y eso pesa, ¿no? Muestra debilidad”.
Sin embargo, esta endeblez no representará un problema insoluble para el oficialismo mientras no impacte en la Provincia de Buenos Aires, donde se concentra casi el 40 % del electorado del país. “Si en octubre ellos (por Cambiemos) pierden la Provincia de Buenos Aires, aun cuando entren al ballottage, van a ir muy debilitados. Las elecciones distritales desdobladas los complican, pero lo que puede ser un golpe letal es lo que pase en la Provincia, que elige gobernador el día de la primera vuelta nacional. Esta elección presidencial -sentencia Novaro- se va a definir en la Provincia de Buenos Aires”. (Por Hernán Miranda)
