La Legionella, una enfermedad que se empezó a conocer en detalle luego de que se produjeran seis muertes en nuestra provincia, está compuesta por bacterias que se encuentran naturalmente en los ambientes de agua dulce, como lagos y arroyos, y se supo que puede afectar en mayor medida a las personas de más de 50 años.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre un 75% y un 80% del conjunto de casos notificados son personas mayores de 50 años. De ese porcentaje, entre el 60% y el 70% son hombres.
Algunos infectados pueden tener síntomas leves o no mostrar ni siquiera síntomas. Alrededor de un 5% a un 30% de las personas que sufren la legionelosis fallecen, especialmente si se han retrasado los tratamientos antibióticos.
Prevención y medidas
La prevención de la enfermedad del Legionario depende de la aplicación de medidas de control que minimicen la proliferación de la bacteria y la difusión de aerosoles y, según informó la OMS, esas medidas incluyen un buen mantenimiento de las instalaciones y aparatos, en particular mediante su limpieza y desinfección sistemáticas, y la aplicación de otras medidas físicas (térmicas) o químicas (biocidas) para limitar al máximo la reproducción.
Algunos ejemplos de medidas recomendadas son:
- Mantener, limpiar y desinfectar periódicamente las torres de enfriamiento, utilizando de manera frecuente o sistemática agentes biocidas.
- Instalar separadores de gotas para reducir la difusión de aerosoles de las torres de enfriamiento.
- Mantener una concentración idónea de agentes biocidas, por ejemplo, cloro en las instalaciones de hidromasaje, asegurando el vaciado y la limpieza completos de todo el sistema por lo menos una vez a la semana.
- Mantener limpios los sistemas de agua fría y caliente, asegurando al mismo tiempo que el agua caliente se mantenga por encima de 50°C (lo que significa que debe salir de la unidad de calentamiento a 60 °C o más) y el agua fría por debajo de 25°C o, mejor aún, de 20°C, o bien tratar las instalaciones con un biocida adecuado para limitar el crecimiento bacteriano, sobre todo en hospitales y otros centros sanitarios y geriátricos.
- Reducir el estancamiento abriendo semanalmente las canillas no utilizadas de los edificios.
- La aplicación de este tipo de medidas contribuirá considerablemente a reducir el riesgo de contaminación por Legionella y a prevenir la aparición tanto de casos esporádicos como de brotes.
- Cuando se trate de pacientes hospitalizados vulnerables, habrá que tomar, en muchos casos, precauciones adicionales en relación con el agua y el hielo, sobre todo para evitar el riesgo de aspiración (por ejemplo, las máquinas de hielo pueden ser una fuente de Legionella, y los pacientes muy vulnerables no deberían utilizarlas).
- Las medidas de control y prevención deben ir acompañadas de la debida vigilancia por parte de los médicos generales y los servicios comunitarios de salud, con miras a facilitar la detección de casos.