Un paquete de normas que analizará la Cámara legislativa durante esta semana aparece como un nuevo capítulo en la interna peronista local. Se trata de un proyecto de ley que suspende los aumentos de luz, la quita de medidores y los cortes de servicio para todos los comercios “no esenciales”. Ahora bien, ¿Qué intenciones se esconden detrás de una iniciativa que, en principio, aparece loable?
Y es que, además, con la misma intención, el jaldismo impulsará un freno al aumento en el costo de los alquileres para los locales y una suspensión de los desalojos, también con vigencia para lo que resta de 2021. Otro tema que llegaría al recinto sería la modificación de la Ley que regula la actividad del IPLA, al que los emprendedores gastronómicos consideran una molestia a causa de su funcionamiento como policía paralela en los operativos.
El propio Osvaldo Jaldo justificó la iniciativa diciendo que “en este momento difícil, más que presión del Estado hay que llevar un alivio”. El problema es que la Legislatura está tomando atribuciones que le conciernen en realidad al Poder Ejecutivo, lo cual habla de intentar trasladar la interna peronista a las mismísimas instituciones que ahora pugnan por ejecutar tareas que les son ajenas entre sí.
El desafío no termina allí ya que, en paralelo, se avanzaría con el proyecto presentado por legisladores jaldistas para facultar al Poder Ejecutivo a que pueda negociar hasta un millón de vacunas contra el coronavirus, en moneda local o extranjera, y así agilizar la inmunización en Tucumán. Esto ocurre luego de que el gobernador Juan Manzur aclarara durante el fin de semana que esa atribución seguirá en manos del Gobierno nacional.
Esta eventualidad preanuncia la posibilidad de un nuevo round de una pelea que no lleva a ningún lado y en el que el pueblo queda en la mitad del enfrentamiento. Y es que no es adecuado que se la ilusiones con la posibilidad de adquirir más vacunas cuando esa posibilidad está legos de los sub estados como se considera a las provincias de parte de los laboratorios internacionales.
Ya el jaldismo se tomó atribuciones del Poder Ejecutivo cuando en Banda del Río Salí se intentó no cumplir con la adhesión de la provincia a las restricciones impuestas por la Nación. Si bien todo cercenamiento de las libertades individuales atenta contra la posibilidad de trabajar y de llevar el pan a la casa, todo indica que se trató de un aprovechamiento de la situación para abrir las heridas de la interna peronista.
En definitiva, durante el transcurso de esta semana podría volver a escribirse una página más en la interminable interna peronista, una interna que amenaza con dejar profundas secuelas a nivel institucional, lo cual redundará en el intento de una doble conducción en una provincia que más que nunca necesita de la unión de todos cuando la pandemia y la crisis económica arrecian peor que el año pasado.
