La Municipalidad de San Miguel de Tucumán trabaja junto a investigadores tucumanos del CONICET (Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas) en un proyecto para combatir al mosquito que transmite el dengue mediante la aplicación de un biolarvicida a gran escala.
Para evaluar la eficacia del producto, que fue desarrollado a partir de una bacteria que elimina las larvas y es totalmente inocuo para las personas y las mascotas, se iniciaron aplicaciones en los cementerios del Norte y del Oeste, que dependen del Municipio.
“Se está realizando la primera aplicación de este producto para evaluar su eficacia y ver si se puede utilizar a una mayor escala”, indicó la secretaria de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Julieta Migliavacca.
La funcionaria dijo que se eligió experimentar con el biolarvicida en cementerios “porque son considerados lugares críticos en los que se generan criaderos del mosquito Aedes aegypti, que transmite el dengue, porque siempre tienen recipientes que almacenan agua donde las hembras ponen sus huevos”.
Migliavacca explicó que “este producto mata las larvas y con ello evita que tengamos mosquitos adultos, que son los que pican y transmiten el dengue, y esa es la mejor estrategia de prevención”.
En este sentido, recordó que “es importante eliminar los criaderos de mosquitos, pero hay algunos lugares, como el caso de los cementerios, donde no se pueden erradicar fácilmente, por lo que es necesario aplicar larvicidas, y si estos son biológicos y aptos para la salud humana, son mucho más beneficiosos”.
Por su parte, Gabriela Michavila, investigadora asistente del CONICET que colaboró en el desarrollo del proyecto, informó que el biolarvicida “está desarrollado en base a una bacteria que se llama bacillus thurigiensis israelensis”. Agregó que ese agente biológico comparte el mismo mecanismo de acción con otra bacteria que ya se venía utilizando exitosamente para combatir larvas de una plaga que afecta a la caña de azúcar. “Nos pusimos en contacto con una empresa con la que desarrollamos nuestros bio-insumos en laboratorio y que tenía todas las herramientas para poder producir este larvicida biológico, por lo que en 2023 se firmó un convenio entre el CONICET, el Ministerio de Salud y el SIPROSA, para poder avanzar con el proyecto y aprobar la aplicación del producto”, señaló la joven científica.
Michavila informó que “se está intentando evaluar si las aplicaciones cada 15 días tienen una incidencia en la eliminación del número de larvas de mosquitos, para poder controlar la población, y de este modo evaluar su aplicación a gran escala, en espacios donde se pueda acumular agua que favorezca el desarrollo de las larvas”.
Por último, indicó que “el objetivo del proyecto es poder producir el larvicida a bajo costo para que la Municipalidad de San Miguel de Tucumán o el Ministerio de Salud lo puedan adquirir a menor precio para hacer aplicaciones masivas antes de que se produzca un brote de dengue”.