Todos tienen 2023 en la mira y ninguno quiso invitar a Alberto Fernández. Ahí se terminan las coincidencias entre los actores del peronismo que este lunes celebrarán por separado el Día de la Lealtad. Plaza de Mayo, la cancha de Laferrere en La Matanza y el estadio de Obras Sanitarias son los escenarios que eligieron con fines muy distintos el kirchnerismo y sus aliado sindicales, las organizaciones sociales del oficialismo y la conducción de la CGT para enviar mensajes distintos a la Casa Rosada y posicionarse en la interna de cara al calendario electoral que ya empezó a correr.
La idea de un acto de unidad con todos los sectores murió antes de nacer. Tras el fallido atentado a Cristina Kirchner, los gremialistas que tributan en ese sector como el referente de la CTA de Hugo Yasky, Pablo Moyano y dirigentes de la Corriente Federal llevaron la idea de encabezar un paro para solidarizarse con la vicepresidenta y una movilización a los tribunales federales de Comodoro Py. “Fueron a buscar agua al desierto”, rememora ahora uno de los referentes de las organizaciones que el jueves pasado se reunieron en la biblioteca de Camioneros para terminar de finiquitar la movilización a Plaza de Mayo.
Los gordos de la CGT consideraron que había sido suficiente con la marcha del viernes 2 y tampoco querían presionar a los jueces federales. “A Comodoro Py que marchen los que tienen causas”, ironizó el eterno jefe de los gastronómicos Luis Barrionuevo. Por último, La Cámpora hirió de muerte la intención de Juan Manzur y la Casa Rosada de organizar un acto de unidad en Tucumán que cerrara el presidente de la Nación y del PJ Alberto Fernández.
El Presidente -como quedó demostrado con las designaciones inconsultas de las tres ministras y con su desafiante discurso en IDEA- apuesta, temerario, a confrontar con el cristinismo.
El jefe de Estado ya sabe que el documento que se leerá en Plaza de Mayo no se limitará a repudiar el ataque a la vice. El borrador, que no está cerrado, contiene críticas a la política económica de su administración y propone un control popular del Banco Central, control del comercio exterior, ley de medios, avanzar con una reforma judicial, una nueva Corte Suprema y hasta sentar las bases de una reforma constitucional. “Marchamos para rescatar un gobierno que ha perdido el rumbo”, resumió el ex director del Banco Nación Claudio Lozano.
Andrés “Cuervo” Larroque ya avisó días atrás que el acuerdo con el FMI está caído. El secretario general de La Cámpora fue el delegado de los Kirchner en las reuniones organizativas con los gremios afines. Después de la última, asistió junto a Moyano y Walter Correa, referente de los curtidores y ministro de Trabajo de Axel Kicillof, a la jura de las tres ministras en la Rosada. “El lunes se va a ratificar la esencia del peronismo, que es la Justicia Social (…) Mi candidata para 2023 es Cristina Kirchner”, resumió Correa este sábado en declaraciones a la AM 750. Así piensan los principales dirigentes de ese sector.
Aunque nadie lo confirma, Máximo Kirchner -en su calidad de titular del PJ bonaerense, que adhirió al acto, sería uno de los oradores centrales. Habrá por lo menos dos ministros nacionales: Gabriel Katopodis -que por la mañana inaugurará obras con el Presidente- y Jorge Ferraresi. Ambos confirmaron su presencia. Peronista orgánico y pragmático primero que nada, Juan Zabaleta, que acaba de allanar su regreso a Hurlingham, también estará presente.
El titular de Somos Barrios de Pie y subsecretario en Desarrollo Social Daniel Menéndez había sorprendido al anunciar que su sector movilizaría a la Plaza de Mayo, porque el gobierno está en “tiempo de descuento“. Al final, aunque habrá representantes de su organización en el acto del kirchnerismo, Menéndez será uno de los oradores en Laferrere en el acto que organizan las organizaciones cayetanas.
El secretario de Economía Social y líder del Movimiento Emilio Pérsico y el diputado Juan Carlos Alderete, de la CCC, serán los encargados de los discursos principales de un acto con 40 mil militantes. Aunque harán escuchar los reclamos de su agenda, postergada por el Gobierno, -desde el blanqueo de trabajadores informales a incorporar a la obra pública a las cooperativas- los movimientos harán la presentación en sociedad del espacio político de los cayetanos con el que pretenden influir en las decisiones del Gobierno y dar batalla en las PASO. En Diputados ya funcionan como un bloque uniforme.
Al igual que las orgas, los gordos de la CGT tampoco quieren volver a sufrir la lapicera de Cristina Kirchner a la hora de armar las listas. Tampoco confían en que Alberto Fernández utilice la que el titular de la UOCRA Gerardo Martínez le regaló meses atrás cuando Fernández no pudo garantizar la presencia de sus ministros.
Po eso, en Obras Sanitarias lanzarán el Movimiento Nacional Sindical Peronista, una versión renovada de las 62 organizaciones (que tendrán su acto en La Plata) con las que buscarán hacer pesar su fuerza puertas dentro del oficialismo. “Nadie espera que volvamos al 33 por ciento de representación en las listas, pero sí queremos un rol en el armado político del peronismo”, señalan.
El guión del acto terminó de definirse esta semana en la UOCRA. El maestro de ceremonias será el anfitrión José Luis Lingeri. Un video con imágenes de Juan Domingo Perón desde el 17 de octubre del 1945 hasta el 1 de mayo de 1974 servirá como declaración de principios. Gerardo Martínez, el co-secretario de la CGT Héctor Daer y Andrés Rodríguez, de UPCN, serán los oradores destacados junto a Luis Barrionuevo.
Con su flamante espacio, la CGT pretende disputar poder territorial y escaños en el Congreso. Quieren evitar que la cuota sindical en las listas sea elegida por la afinidad de esos gremialistas con Cristina Kirchner, como ocurrió en 2021.
Quieren garantizarse lugares de poder, pero -a diferencia de los movimientos sociales- no son taxativos sobre la necesidad las PASO, que La Cámpora y los gobernadores quieren eliminar. “La herramienta de selección se puede discutir”, señala un jefe cegetista.
A pesar de que hubo contactos desde Balcarce 50 para que invitaran al Presidente, los gremialistas prefirieron no ceder y no quedar presos de la interna entre los Fernández. “¿Cómo lo invitás y no lo dejás hablar último? No le vamos a sacar el banquito a Alberto, pero tampoco vamos a jugar una interna que no es nuestra”, explicó un líder sindical.