“Tengo una banda amiga que siempre me aguanta el corazón”, canta La vela puerca. En este caso la banda son dos: Lucrecia y Laia. Son amigas hace más de 17 años y juntas decidieron levantar un imperio en la comunicación, en medio de un momento complejo y llenas de miedo, pero con este leitmotive como bandera. “Somos como una balanza que, cuando una baja, la otra sube y así estamos en constante equilibrio”, dijeron las chicas en diálogo con TN.
Laia Farré Boldú y María Lucrecia Viano crearon una consultora de comunicación integral, relaciones públicas y digital enfocada en distintas industrias: SUR. Sin embargo, cuando se conocieron nunca pensaron llegar tan lejos.
“Parece que fue ayer, pero la verdad es que ya pasó mucho tiempo”, comentó Laia, que es licenciada en relaciones públicas y tiene un máster en comunicación. Lucre, por su parte, se recibió de comunicadora, creativa publicitaria, fotógrafa y actriz. Todos estos títulos fueron también fundamentales a la hora de llevar adelante su proyecto, porque de cada uno encontraron una salida y le dieron un uso fundamental.
Si bien ambas, desde antes de recibirse, se habían iniciado en estas profesiones, cuando terminaron sus estudios se volcaron al trabajo en consultoras y fue ahí donde se conocieron.
Dos computadoras, una pizarra y una tostadora
Con el tiempo, las amigas decidieron patear el tablero y apostar por algo más allá. Es por eso que con miedos, en medio de un momento difícil para ambas y sin saber qué les depararía el futuro, decidieron arrancar. “Como las típicas historias de garaje, empezamos en el departamento donde vivía Lucre, trabajando una frente a la otra, en una mesa de fórmica color cremita de la que no nos vamos a olvidar más. Teníamos como bienes de la consultora dos computadoras, una pizarra de corcho, una tostadora -que nos habíamos ganado con unos cupones que había que juntar del Diario MUY– y una impresora -que habíamos comprado con nuestro primer fee de prensa-. Pero lo que más teníamos eran muchas, muchas ganas de crecer, salir adelante y trabajar”, insistió Laia.
Y así, hace 13 años, nació SUR. “Los primeros clientes que se sumaron lo hicieron apenas iniciado el proyecto y hoy varios siguen confiando en nosotras. Eso nos dio un gran empujón anímico”, remarcó. “Al principio éramos nosotras dos. Trabajábamos veinticuatro por siete. Estábamos conectadas a toda hora a nuestros por entonces blackberries y desarrollábamos todas las tareas de la consultora: desde lo comercial -búsqueda de clientes y prospectos-, hasta clipping, follow up, envíos de regalos a periodistas, todo. Eso nos nutrió muchísimo”, destacó Laia.
Así, “con esfuerzo, trabajo, pasión y disciplina”, y sobre todo fijando objetivos, salieron adelante. “Nuestro lema es el de hacer siempre lo mejor que se pueda y esa es nuestra guía y la de nuestro equipo. Creemos que la buena comunicación es una herramienta fundamental para todo. Lo aplicamos en nuestras vidas personales y profesionales. ‘Más y mejor comunicación’ que es nuestro eslogan, es también nuestro camino y nuestra forma de vivir. Una comunicación clara, eficiente, integral, con objetivos medibles, con respeto, estratégica, sirve siempre y para todos los ámbitos”, resaltó Lucrecia.
Hoy ya no son dos. El trabajo que realizan en la consultora con su “equipo boutique” y la red amplia de colegas a nivel local y en Latinoamérica ya alcanza a más de 30 personas, pudieron levantar su propia oficina y cuentan con clientes en todos lados. Ese proyecto chiquito de a poco se convirtió de repente en un gigante.
La amistad y el trabajo, ¿dificultad o solución?
Acerca de trabajar con amigos y sus dificultades, Laia, directora de la exitosa consultora, destacó: “Realmente consideramos que gran parte de nuestro crecimiento tiene que ver con nuestra amistad y también con nuestro compromiso con el trabajo y el cariño que le tenemos a la consultora, que al ser una creación propia una lo vive con mucha más intensidad. Los clientes también valoran poder contar con ambas, creemos que eso le da un valor agregado. Nuestro equipo también destaca la amistad de sus líderes, el clima de la oficina es otro al estar comandado por amigas, hay complicidad, escucha, cercanía y confianza, valores de la amistad que también trasladamos al equipo, con los clientes, la red de proveedores y colegas con los que compartimos la diaria”.
Es por eso que sostienen que el trabajo “se hace mucho mejor cuando es compartido”. “Compartimos los mismos valores, en torno a la familia, la amistad, la salud, pasarlo bien, tener un buen ambiente de trabajo, el ayudarnos entre nosotras, algo que venía de nuestra amistad, pero llevado al terreno laboral se multiplica”, sostuvo.
Para Lucre, el trabajo entre amigas “es muy orgánico”, porque la confianza y la amistad hacen que sea “mucho más productivo y fructífero”. “Es realmente muy valioso contar con una amiga socia que te cubra, acompañe, guie, empuje”, aseguró.
“Si solo nos asociamos con alguien porque es nuestra amiga, es posible que fracasemos. En nuestro caso, no era solo la amistad la que nos unía para armar SUR, eran los objetivos compartidos, el trabajar de forma muy parecida, tomar las mismas decisiones, y el aporte de cada una de nosotras a la empresa y las ganas de crecer a nivel local y regional”, añadió.
Además, aseguró que la base es la confianza en cada movimiento que se hace para potenciar el negocio. “Nos queremos, queremos lo mejor para la otra, nos ponemos muy contentas con los logros de cada una y los celebramos como propios en lo personal y en lo profesional”, agregó.
Para Laia, además, es fundamental el acompañamiento. “Nosotras decimos que somos como una balanza, que cuando una baja la otra sube y así estamos en constante equilibrio. En nuestro caso, la amistad es un sostén para el negocio y no un límite para crecer”, expresó.
“Hay muchos valores de la amistad que son valores hoy de la consultora, como la confianza, la cercanía, la empatía, el ponerse en el lugar del otro, dar ideas para resolver problemas, estar incondicionalmente. No sé cómo seríamos socias si no fuésemos antes amigas. Nos queremos mucho. A veces a mí me dicen Lucre y a Lucre Lai y respondemos por la otra como si no hubiera tal diferencia, somos una extensión la una de la otra muchas veces”, comentó.
La vida personal y el trabajo
En los 13 años que llevan adelante el negocio, las amigas vivieron cosas buenas y malas. Altos y bajos. Laia tuvo dos hijos y Lucre está esperando a su primer bebé para el próximo mes. Siempre estuvieron una al lado de la otra. “Pasaron muchas cosas en lo personal y en lo profesional. Nosotras hemos ido cambiando, pero siempre conservando los valores iniciales que nos dieron origen, creciendo paso a paso, tomando riesgos que sabemos que podemos asumir, haciéndole sentir al cliente nuestra cercanía y predisposición y aprendiendo cada día de nuestro equipo y de cada uno de los proyectos que ingresa”, destacó Lai.
“Estamos muy orgullosas de lo que construimos con nuestras propias manos y nuestros cerebros. Abriéndonos caminos. Haciéndonos valer en distintos ámbitos. Cuando miramos para atrás se nos llenan los ojos de lágrimas, hemos construido una gran consultora y en el medio construimos también nuestras familias, nos formamos cada vez más como profesionales, nos divertimos mucho, aprendemos todos los días”, agregó Lucrecia.
“Una de las cuestiones que destacamos es que el paso del trabajo en relación de dependencia a poner tu propio proyecto es una decisión difícil, llena de dificultades, de miedos que hay que enfrentar y superar y, en nuestro caso, nuestra amistad fue el motor. Hoy nos damos cuenta de que valió la pena cada una de las cosas por las que tuvimos que pasar y no lo cambiaríamos por nada, que aprendimos a ‘volar’ y valernos por nosotras mismas”, insistió y explicó que cada camino emprendedor tiene sus tiempos y que debe hacerse en el momento indicado, cuando las condiciones personales y profesionales estén dadas.
Durante estos años las amigas fueron premiadas y lograron ampliar su staff, levantar sus propias oficinas y posicionarse a nivel continental en su profesión. Además, trasladaron la historia de SUR y su amistad a un libro muy hermoso ilustrado por el dibujante TUTE que se puede ver su Instagram @surcomunicacion.