El Tribunal Superior Federal (STF, en portugués) de Brasil resolvió este jueves, por mayoría, no aceptar los pedidos de nulidad contra la Copa América en el país, y dio por asegurada la realización del torneo continental.
A las 18, seis de los 11 miembros del cuerpo habían emitido su voto contrario a la cancelación de la competencia, por lo que el gobierno encabezado por Jair Bolsonaro podrá hospedar la competición luego de que tanto la Argentina como Colombia desistieran de hacerlo. Brasil y Venezuela inauguran el torneo el próximo domingo, cuando se enfrenten.
En el plenario virtual del órgano, sus integrantes sufragaron por vía electrónica. La mayoría que aprobó la realización del torneo estuvo integrada por Cármen Lúcia, Ricardo Lewandowski, Marco Aurélio Mello, Edson Fachin, Gilmar Mendes y Dias Toffoli. Todos votaron en contra de los recursos de amparo contra la Copa América, incluso a pesar de que tanto Lúcia como Lewandowski los habían presentado para su discusión.
Según información de ESPN Brasil, tanto el Partido Socialista Brasilero como la Confederación Nacional de los Trabajadores Metalúrgicos habían mandado sus recursos de amparo a la ministra Lúcia, para su estudio. Los socialistas entendían que la “circulación de personas visitantes en el torneo causaría una mayor propagación de coronavirus”. El sindicato, por su parte, reclamaba que el país “no fuera sede de eventos internacionales mientras duraran las restricciones de movimiento y el pedido de aislamiento social por parte de las autoridades”.
El Partido de los Trabajadores (PT) de Luiz Inácio Lula da Silva, por su parte, había interpuesto su propio reclamo ante el ministro Lewandowski. En su presentación, la fuerza política que aspira a quitar del poder a Bolsonaro argumentó que la Copa América “violaba el derecho a la salud” de los ciudadanos brasileños.
Así, el gobierno brasileño, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y la Conmebol consiguieron la señal que buscaban desde hace días. Luego del desistimiento de Colombia y de Argentina, los dos países que tenían la organización a medias del torneo, la Conmebol decidió en una reunión de urgencia que “el único país capaz de poner en marcha toda la maquinaria que implica una Copa América” era Brasil. El ente sudamericano consiguió los avales de la CBF y del Ejecutivo brasileño, pero una vez confirmadas las sedes y los estadios, el malestar social en un país con más de 470 mil muertos por la pandemia del coronavirus llevó a la presentación de los tres recursos de amparo en los tribunales superiores.
Desde el mismo momento del inicio de las acciones legales las fuentes brasileñas aseguraban que el torneo no corría peligro. Y que los jueces que integran el STF aceptaban tratarlos como “un gesto” hacia la población en medio de la pandemia. Cifraban en un “30-70″ las probabilidades de un voto negativo y positivo hacia la competencia, respectivamente, por lo que la mayoría conseguida hoy para la prosecución de la competencia no es una sorpresa.