¿Acaso la Corte Suprema de Tucumán esté aplicando la estrategia del “todo pasa”? ¿la intención del máximo tribunal pasa por esperar que el tiempo pase y que con él se disipen las nubes que nublan el panorama para el vocal, Daniel Leiva? Más allá de que se trate de una movida táctica de parte de los cortesanos, lo que está claro es que el silencio que guardan los jueces supremos es cada vez más ensordecedor para la sociedad tucumana.
Y es que en torno del caso Leiva – Pedicone pareciera que existe una suerte de pacto de silencio de parte de los otros integrantes del máximo tribunal. Ante semejante acusación que pesa sobre el vocal acusado de haber incurrido en tráfico de influencias, un asunto de gravedad institucional, desde la presidenta de la Corte, Dra. Claudia Sbdar, hacia abajo, nadie dijo palabra alguna a pesar de que el asunto tuvo trascendencia nacional.
Parece ser que el silencio es una estrategia para abroquelarse en torno de Daniel Leiva, ya que la suerte del vocal signaría bastante el destino del resto del tribunal en caso de que la acusación que pesa sobre él también salpique al resto de los cortesanos. Cabe recordar que el Juez Enrique Pedicone dijo que el propio Leiva le habría confesado que suele hablar en nombre del gobernador Juan Manzur y del titular de la Legislatura, Osvaldo Jaldo.
¿Existe la posibilidad de que Leiva no sea el único juez de la Corte Suprema de Tucumán que supuestamente medie a favor del poder político en nuestra provincia? Sea como fuere, el máximo tribunal juega a hacerse el desentendido de todo esto y agradece que lentamente este tema aparentemente comience a desaparecer de la agenda pública entre contagios récords y muertes por decenas a diario a causa de la pandemia de coronavirus.
Sin embargo, la sociedad no ha olvidado la grave denuncia que pesa sobre el Daniel Leiva y lo sucedido ayer con la Corte Suprema de la Nación puede ser un espejo en el que se refleje lo que pueda ocurrir en Tucumán. Y es que la movilización de la gente fue clave para que el máximo tribunal de Argentina tomara la decisión de no permitir la intromisión del poder político en busca de cooptarlo de forma definitiva para que haga su voluntad.
La aceptación del recurso del per saltum fue una bocanada de aire fresco para una sociedad cansada de la impunidad reinante en la clase política. Pero también fue un aviso acerca de que la ciudadanía no está dispuesta a soportar que el Poder Judicial sucumba ante intereses espurios, ya sea porque es funcional al poder político o porque tiene temor de enfrentarse a un gobierno que intentará ir por toda una vez más.
Es por ello, que la Corte Suprema local deba observar con cuidado la posibilidad de que las movilizaciones ocurridas en la Ciudad de Buenos Aires puedan replicarse en nuestra provincia. Mientras en Capital Federal la gente le pidió intervención a la Justicia, en Tucumán la ciudadanía podría pedir la cabeza de los magistrados. Lo que está claro es que sólo el pueblo puede garantizar que la justicia caiga sobre quien tenga que caer.
“Cuando los pueblos agotan su paciencia, hacen tronar el escarmiento”
