En Tucumán hay que extremar los recaudos para tratar de frenar la pandemia de coronavirus. Las autoridades sanitarias no pueden hacerle frente a la enorme cantidad de contagios registrados a diario en nuestra provincia, sin la responsabilidad social de todos los tucumanos. La tarea parece titánica teniendo en cuenta que durante más de seis meses no se pudo impedir que el virus circulara de forma comunitaria como lo hace desde hace un par de meses.
La situación es tan compleja en nuestra provincia, que el equipo de Salud mantuvo una reunión virtual ayer con el fin de analizar el estado de situación de la pandemia. Tratar de cortar la cadena de contagios es el objetivo del Comité Operativo de Emergencias (COE), y para ello se enfrascan en tratar de dar con las estrategias efectivas para lograrlo.
La propia ministra de Salud, insiste con medidas que parecieran ser insuficientes para la propagación del virus en nuestro territorio. Su intención sigue siendo la de minimizar lo más posible la circulación de la gente cuando el propio Gobierno local llamó a una reapertura de bares, restaurantes y gimnasios, que son los rubros que venían sufriendo graves consecuencias económicas a raíz de la cuarentena, a pesar de que la funcionaria no estaba de acuerdo, sobre todo, con el hecho de tener a personas en un lugar cerrado.
Por estas horas, desde los sanatorios privados dieron cuenta de que estaría prácticamente completa la capacidad de sus instalaciones, y no sólo en lo que hace a la sección de terapia intensiva. Asimismo, alertaron sobre la posibilidad de que las personas infectadas serían muchas más de las que a diario se difunden en el parte oficial de la tarde y de la noche. Esto también genera preocupación en el sector público.
Y es que un dato clave para el hecho de que en Tucumán, por semana es que se duplican los casos de COVID-19. Se trata de un ritmo que hace peligrar cualquier tipo de estructura sanitaria.
Y es que el disparo de los contagios en las últimas semanas no estaba en los cálculos de ningún funcionario público, cómo tampoco de la sociedad, que en muchos casos no tomaron las precauciones necesarias a la hora de cuidarse. Ahora, la búsqueda de febriles se ha convertido en una suerte de caza de brujas con tal de intentar dar la idea de gestión. No obstante, la gente hace sentir en las redes sociales y en los foros de los diarios que están conscientes de que la prevención no arrojó los mejores resultados. Mientras tanto, la curva de contagios, lejos de descender, aumenta en Tucumán, al tiempo que ve cómo comienza a elevarse la cantidad de profesionales de la salud que caen en el cumplimiento de su deber bajo un estrés feroz que pone en jaque a la estructura sanitaria de la provincia.
