Aún la conmoción es mucha en los ciudadanos de Concepción. En la jornada de ayer, mientras realizaba actividad física, asesinaron a Sergio “Checho” Juárez cuando se encontraba cerca de un asalto a bikers, en la Ruta Nacional 65 a la altura del kilómetro 4.
El periodista Rodolfo Antonio Casen era amigo de la Juárez y en la jornada de ayer decidieron salir a caminar por el camino que lleva a Las Estancias, Catamarca. Pero Casen nunca imaginó lo que iba a suceder después.
“Es difícil definir lo vivido y menos la perdida de un amigo… Pérdida absurda y violenta a manos de delincuentes que dispararon para matar cobardemente”, escribió Casen, en un posteo en su Facebbok.
Y agregó: “Solo por el hecho de haber estado a unos 50 metros del lugar en que le arrebataron una bici a una joven… Ni yo ni Checho intentamos detenerlos ni nada cuando huían, uno de ellos cargando la bici robada… De ellos brotó el disparo fatal hecho sin ningún motivo. La escena la viví con escasa visibilidad por mi problema de vista. Y enseguida el grito de dolor de mi amigo. Fue cuestión de minutos. De venir conversando entretenidos a terminar envuelto en una locura mortal. Se mató por matar, sin medir consecuencias. También me pudo tocar a mi, lo sé. Perdí un amigo de muchos años y experiencias inolvidables. La irracionalidad y el desprecio por la vida nos enluta a todos… lloro y lloro… Un abrazo fuerte a su familia”.
Los hechos según Rodolfo Casen
Ayer, después de haber finalizado con su tarea diaria, Casen se reunió con su compañero “Checho” y salieron a correr. Como lo hacían siempre, eligieron para hacer ejercicios la ruta nacional 65 que lleva a Las Estancias.
Pasada las 17, por el mismo camino, transitaban una pareja de bikers adolescentes. Decidieron detenerse para comer unas mandarinas en un lugar cercano al río Chirimayo. En esos momentos, dos motochorros, con un arma de fuego, los amenazaron de muerte y le pidieron a la adolescente que le entregara la bicicleta. La chica se resistió y los delincuentes comenzaron a arrastrarla.
“Había una distancia de como 100 metros. Por los gritos de la jovencita, nos dimos vuelta y descubrimos lo que estaba pasando. Cuando nos dimos cuenta, los motochorros ya estaban acercándose hacia nosotros”, contó Casen a La Gaceta. Agregó: “cuanto estaban cerca nuestro, el que conducía la moto, le gritó a su cómplice: ‘a esos, a esos’. El acompañante no dudó ni un instante y realizó dos disparos”.
Nunca me enteré cuántos disparos impactaron en su cuerpo”, indicó. “Sólo atinamos a pedir ayuda. Detuvimos a una camioneta, lo cargamos en la caja y lo trasladamos hasta el hospital. Notaba que estaba pálido y que respiraba muy despacito. Después los médicos nos dijeron que había llegado sin vida”, explicó Casen.
