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Cristina Kirchner logró torcerle el brazo a Alberto Fernández

Se viene un bono para empleados privados y un impuesto a las ganancias inesperadas. El Salario Universal quedará para más adelante.

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Cristina Kirchner y Alberto Fernández
Descacharreo

Alberto Fernández y Cristina Kirchner siguen sin hablarse. Él evitó tomarse los tres días de licencia por paternidad para no cederle su firma a la vicepresidenta. Sin embargo, el Presidente y su reconfirmado ministro de Economía, Martín Guzmán, se encaminan a tomar medidas que bien podrían tildarse de “cristinistas”: un impuesto a la renta inesperada y un bono de suma fija para los trabajadores del sector privado más allá de las paritarias.

Y hasta estudian un posible ingreso universal que creen que hoy es de imposible implementación (FMI mediante) pero que ya está en carpeta. Es que el diagnóstico sobre la profundización de la inequidad que fue la primera alarma que encendió la vicepresidenta antes de las elecciones del año pasado, gana adeptos en el peronismo. El tema es discutido por los gobernadores del Frente de Todos y se tocó hasta en el plenario de dirigentes filo albertistas que juntó Agustín Rossi.

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Martín Guzmán lo tiene súper claro y le puso un nombre menos confrontativo a la inequidad. En sus carpetas de trabajo llama “ganancia inesperada” a la abultada renta que el campo, las mineras y los petroleros están teniendo con la suba de los commodities a nivel internacional. Parte de ese botín es el que quiere recuperar, con un proyecto que se parangona con el aporte extraordinario de las Grandes Fortunas ideado por Máximo Kirchner en plena pandemia.

Está convencido que sin unidad política la lucha contra la inflación termina en fracaso. Por eso es de los que insisten en que vuelva a abrirse el diálogo en lo más alto del poder. Aún a sabiendas de que no son pocos los que piden que ruede su cabeza. Antes de clavarle el visto al Presidente, Cristina dejó de contestarle a Guzmán. El ministro insistió varios días hasta que con la renuncia de Máximo a la Presidencia del bloque en Diputados terminó de entender el mensaje.

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Hoy serian varios los puntos que Martín Guzmán querría estar chequeando en Juncal. Sobre todo, ahora que la agenda puede acercarlos. Cristina y Sergio Massa acordaron un bono con los trabajadores del congreso. El ministro avanza en la misma idea a pesar de que en las reuniones con la CGT y la UIA se haya acordado adelantar las paritarias. Alberto no la llama, pero escucha a Cristina.

Y sabe que un bono del mismo monto para todos los trabajadores formales achica la pirámide y actúa de paliativo en el mes de la inflación más calamitosa. Pero la discusión de fondo sigue siendo la distribución del ingreso. Y el mayor electorado del Frente de Todos es el del trabajador informal. Ese que durante el año pasado perdió el 13% de sus ingresos a pesar del crecimiento y la expansión económica.

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Esa es la verdadera materia pendiente del Gobierno nacional. Cristina Kirchner lo sabe. Y Alberto Fernández empieza a tomar nota. Esta semana el Presidente piensa dar a conocer medidas en ese sentido. Algunas demandarán la sanción del Congreso de la Nación. Otras, necesitarán de la aprobación del FMI. Salario universal básico hoy no se puede. Pero sí fortalecer la política de ingresos.

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