Mientras redobla los controles de precios de los alimentos y artículos esenciales, el Gobierno sigue de cerca la evolución de las estructuras de costos de las cadenas de producción. En el caso de las frutas, verduras, carnes, lácteos y huevos la diferencia entre el precio que se paga al productor en el campo y el que abona el consumidor en las góndolas alcanza hasta casi el 1500% en algunos artículos.
Según un informe de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), el producto que más aumenta el precio es la manzana roja, que mientras en las tranqueras de los campos se paga a $14 el kilo, los consumidores la abonan $221,32, es decir que la pagan casi 16 veces más cara de lo que recibe el productor, con un aumento del 1480,88%.
Le sigue la calabaza, con una brecha del 1193,19%, al pasar de $7 el kilo al productor a los $90,52 que se paga en las góndolas. Es decir que el consumidor la paga casi 13 veces más cara.
En tercer lugar se ubica la pera, con un aumento del 1165,22%, de $13,50 el kilo en el campo a $170,80 en la góndola, es decir 12,65 veces más alta en un lugar que en otro.
Entre las carnes, la mayor brecha, del 330,62%, se da en el cerdo, que pasa de $114,13 a $491,45, es decir que el consumidor lo paga 4,31 veces más caro de lo que recibe el productor. En el novillo el aumento es del 251,04%, al pasar de $154,55 a $542,53, unas 3,51 veces más alta. Mientras que el pollo sube de $70,11 a $167,10, una brecha del 138,33%, unas 2,38 veces más caro.
Otros alimentos con brechas altas son los huevos, que mientras al productor se le paga $49,91, el consumidor los abona 2,62 veces más caro, a $130,61, es una diferencia del 161,70%. En el caso de la leche, la distancia es del 269,76%, al pasar de $21,16 a $78,24, es decir 3,7 veces más cara entre el campo y la góndola.
A qué responden estos aumentos de precios
Según CAME, en general, las diferencias entre los precios que se pagan en el campo y los que los consumidores abonan en las góndolas “se deben a un conjunto de comportamientos”. “Por un lado, los especulativos, adoptados por diferentes actores de la cadena de valor que abusan de su posición dominante en el mercado –básicamente, los hipermercados, los galpones de empaque y cámaras de frío–. Por el otro, factores tales como la estacionalidad, que afecta a determinados productos en algunas épocas del año, y los costos de almacenamiento/acopio y transporte, entre otros”, señaló.
De acuerdo con este informe, la brecha de precios para el promedio de los 24 principales productos agropecuarios que participan de la mesa familiar creció 17,7% en enero respecto de diciembre. En promedio, los precios al consumidor subieron 12,7% en el mes y al productor aumentaron 3,3%. De esta manera, la brecha de precios mostró su segunda suba mensual consecutiva.
La variación fue impulsada porque, en promedio, los precios al consumidor de los productos relevados subieron por encima de los precios al productor (12,7% vs. 3,3%). En enero los consumidores pagaron 5,51 veces más de lo que cobró el productor en la tranquera de sus campos en el promedio de los 24 productos, cuando en diciembre esa diferencia fue de 4,68 veces.
Qué mira el Gobierno
El comportamiento de esos y otros precios son los que sigue de cerca el Gobierno y busca acercar posiciones para intentar contener la inflación. El objetivo es poder cumplir el objetivo del 29% anual, aunque los datos de los últimos meses -4% en diciembre y enero- complican la situación. Sin embargo, a partir del acuerdo de precios y salarios, el gabinete económico encabezado por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, confía en poder lograrlo.
“Necesitamos ampliar el diálogo para tratar de identificar cómo es el proceso de formación de precios y qué puede aportar cada sector: el Estado, los empresarios y los trabajadores”, afirmó este domingo la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca Bocco. Dijo que la meta “es poner a la producción y el empleo en el centro de la economía argentina”.
En el mismo sentido, dijo que “los empresarios saben que si venden más no es necesario apelar siempre a la recuperación de precios y los trabajadores saben que un aumento en la paritaria que luce muy bien, si después viene la inflación y se lo lleva entonces no sirvió de nada”.
“No estamos diciendo que el problema de la inflación es porque aumenta el precio del maíz” sino que “es un problema macroeconómico” y que “lo que el Gobierno hace es sentarse en una mesa con propuestas para su ordenamiento”, por eso lo que se busca es “construir el diálogo para darle prioridad a la producción y al empleo”.
Tras recibir a empresarios y sindicatos por separado la semana pasada, el Gobierno convocará a ambas partes para el 24 de febrero, y no se descarta que el encuentro sea encabezado por el presidente Alberto Fernández.