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De Nodio a Nidea

Alberto Fernández declara mucho, todo el tiempo, sobre todos los temas, por cualquier medio, ante todo tipo de interlocutor o auditorio. Es muy positivo que sea comunicativo. Y siempre parece hablar con la misma espontaneidad, dirán unos; improvisación, dirán otros. ¿Ahora, alguien le ayuda a preparar lo que va a decir en instancias más formales o el presidente se va así nomás a poncho?

Alberto, el dólar y los depósitos en Idea
Descacharreo

Opinión:

Por Adrián Simioni

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Da la impresión de que la Casa Rosada no lo prepara, de que sus asesores no lo asesoran. Un ejemplo es el discurso que dio esta mañana en el coloquio de Idea. Prácticamente no hay párrafo que no sea refutable, que confunda conceptos. Por ejemplo, Fernández dice ante los empresarios que su ley de regulación de Internet y celulares es para estimular la competencia. ¿Cómo va a servir para eso una ley que transforma precios libres en tarifas fijadas por el Estado y que estandariza servicios? Para el empresariado que lo escuchaba eso revela ignorancia o verso berreta.

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Las declaraciones a la bartola, la molicie intelectual, no serían tan graves si no se hicieran sobre temas urgentes y muy serios. Por ejemplo, la delicadísima situación financiera y cambiaria.

Ante los ejecutivos y empresarios más encumbrados del país Fernández dijo: “Estamos enfrentando un problema por la falta de divisas que objetivamente heredamos. Están los que plantean que se viene una devaluación, que podemos quedarnos con depósitos; jamás haría semejante cosa”.

Es difícil que se pueda decir tanto al tuntún en una frase tan corta sobre una cuestión tan seria.

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Uno: nadie piensa que él y sus funcionarios “se quieren quedar con los depósitos” en dólares. No está en un asado con los amigos. Lo que espera la comunidad financiera es que explique cómo va a hacer para evitar que el Banco Central termine quedándose sin un sólo dólar, para no verse forzado a manotear los dólares de los bancos.

Dos: “Están los que dicen que se viene una devaluación”, dice el Presidente, para negar una devaluación, como si no hubiera habido ya una devaluación parcial que llevó el dólar ahorro de 100 a más de 135 y a una brecha insostenible.

Tres: Como si hablara frente a un cuarto año de la secundaria, Fernández insiste en que el problema de la Argentina es “la falta de dólares”, cuando todo ese auditorio sabe que lo que sobran son los pesos. Y hace meses que se espera alguna pista sobre qué piensa hacer Fernández con el brutal déficit fiscal que motoriza esa emisión.

El presidente parece no darse cuenta de las urgencias que enfrenta. Hoy el Financial Times tituló que la Argentina va “rumbo a chocar” con otra devaluación. Y hasta la buena de Kristalina Georgieva, directora del FMI, perdió hoy la paciencia y le acaba decir al gobierno que Argentina necesita una “hoja de ruta” para asegurar la estabilidad macroeconómica y que se establezcan parámetros para saber si estamos yendo hacia ella.

Fernández puede seguir guitarreando, pero hay dos o tres temas sobre los que el Gobierno necesita prepararse con urgencia para poder hablar de ellos en serio, a fondo y con solidez. Fernández no necesita un Nodio para vigilar lo que dicen los demás. Necesita una idea central, clara, operacional y cumplible, y que él pueda decir en público.

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