En diciembre de 2017, en un acto en Avellaneda, Cristina Kirchner dijo que haría “todo lo posible” para que Mauricio Macri no fuera reelecto en 2019. Los hombres más cercanos a la vicepresidenta en los últimos días trajeron a la memoria ese discurso para poner en perspectiva los dichos de la exmandataria en su último acto público, con la Unión Metalúrgica Argentina (UOM), cuando dijo: “Voy a hacer lo que tenga que hacer para que el pueblo recupere la alegría”.
“Con Cristina nada es tan lineal ni anticipatorio”, advirtió a LA NACION un colaborador de la vicepresidenta, para ahuyentar las lecturas directas, que aseguran que ella jugará al tope de la boleta en 2023. A pesar del operativo clamor, nadie sabe a ciencia cierta cuál será la voluntad de Cristina Kirchner. El objetivo del kirchnerismo, ahora que todos los puentes con Alberto Fernández están detonados, es lograr la centralidad total de la vicepresidenta en el peronismo de cara al armado electoral del año próximo. Esa búsqueda de potencia política quedará escenificada este jueves, cuando ella sea la única oradora en el Estadio Único de La Plata.
“Si te fijás, el flyer del acto tiene la estética de Unidad Ciudadana”, advirtió un miembro de La Cámpora. La foto de Cristina de espaldas que aparece en el anuncio del acto es del evento que la vicepresidenta hizo en Racing durante la campaña legislativa de 2017, cuando caminó sobre una tarima que ingresaba al campo, rodeada de militantes.
Dilemas
Aunque el kirchnerismo le viene reclamando a viva voz a Alberto Fernández que convoque a una mesa de conducción política para debatir la estrategia electoral del año próximo -y así cancelar su plan de reelección- lo cierto es que el sector que responde a Cristina transita profundos dilemas sobre las candidaturas del 2023: si la vicepresidenta no juega, no hay un nombre que pueda capitalizar sus votos. “Muchos creíamos que si a este gobierno le iba bien, el trasvasamiento generacional era posible… Eso no pasó y por eso no fue posible que crecieran otras figuras. Es muy difícil”, dijo a LA NACION una persona con llegada a Cristina y Máximo Kirchner.
Un integrante de La Cámpora apuntó: “En toda América Latina se vieron liderazgos fuertes que no lograron traspasar esa representación. Acá el único que pudo capitalizar parte de lo que representa Cristina fue Axel (Kicillof)”.
La máxima ambición del gobernador bonaerense es jugar por su reelección en la provincia. “La única forma de que Kicillof no sea candidato a gobernador, es que Cristina le pida que juegue para presidente”, dicen en La Plata. Un dirigente provincial que está sentado a las mesas políticas de Buenos Aires lo puso en otros términos: “Axel quiere que Cristina sea candidata a presidenta y él ser candidato a gobernador. El temor que tiene es que, por su conocimiento nacional y porque no hay muchas otras figuras, si ella no va, le pida a él que compita por la presidencia”.
El gobernador de Buenos Aires ya está diseñando su campaña -ya no hará recorridas con el Clio como en 2019 porque resultaría impostado dada su investidura- pero no logra el un fervor de los intendentes del conurbano para defender su boleta. “Axel habla de la guerra de Ucrania y no les da nada. Los intendentes quieren 50.000 millones de pesos para seguridad e infraestructura”, dijo uno de los jefes comunales.
Desde La Cámpora les responden a aquellos que presionan para que la vicepresidenta juegue en 2023. “Muchos referentes nuestros están cómodos pidiendo que vaya ella, porque les conviene estar bajo el paraguas de Cristina para su propia disputa electoral”, soltó días atrás un referente de La Cámpora. En el kirchnerismo aparece una distinción entre quienes están lanzados a un operativo clamor por Cristina y quienes creen que hay que “cuidarla”. El mayor exponente de este último grupo es Máximo Kirchner. “Él en privado dice lo mismo que en público: que no quiere que ella sea la candidata”, apuntó un importante referente bonaerense.
Un ministro nacional reconoció: “Hoy tenemos dos problemas. Uno es la inflación y el golpe al poder adquisitivo de los salarios. El otro es que no tenemos candidatos para 2023. Si Cristina no juega, Massa no juega y a Alberto no le da, no hay muchas opciones más. Wado (De Pedro) no tiene nivel de conocimiento y no tenemos un gobernador estrella competitivo”.
Si bien la opción de Sergio Massa está en los cálculos electorales del peronismo, lo cierto es que para el kirchnerismo esa alternativa está sujeta a los resultados que pueda exhibir el Ministro de Economía en términos de recomposición del poder adquisitivo. Hablan de marzo como una instancia clave. Un dirigente de interlocución directa con Máximo Kirchner apuntó: “Muchos empiezan a reconocer que la elección de 2023 a presidente va a ser muy difícil. Aún así, el kirchnerismo necesita un candidato que lo represente”.