En torno a las nuevas restricciones cambiarias, muchos analistas económicos resaltaron las consecuencias que esta serie de medidas implicará a la hora generar confianza en el mundo, sobre todo a la espera de inversiones. Sin embargo, poco y nada se dijo acerca de las consecuencias que el nuevo cepo tendrá en el ciudadano de a pie y cómo repercutirá esto en el bolsillo del trabajador en medio de una recesión profundizada por la pandemia.
Y es que el acceso legal al dólar ahorro se encareció más del 100% en los últimos 10 meses, ya que pasó de los $60 a $130. Esto significa que comprar divisas para ahorrar y viajar resulta más caro, con la novedad de que ahora cualquier consumo en dólares realizado con la tarjeta de crédito o de débito restará de ese cupo. Lo cual implica una menor posibilidad, tanto de gastar con plástico como de acceder al dólar ahorro.
Basta con decir que hoy se necesita 650% más pesos que en marzo del 2018 para comprar los mismos bienes en dólares. Y es que, aunque el Gobierno no lo admita, se trata de una devaluación indirecta, con las consecuencias que eso conlleva en materia de ajuste de precios y una mayor inflación. Será cuestión de tiempo que en las góndolas se vean los efectos de la implementación del nuevo cepo cambiario.
En ese sentido, cabe recordar que existe la posibilidad de que impacte en el consumo. Esto se debe a que las Pymes se manejan con el dólar informal. Incluso, es posible que se produzca una ralentización del proceso de producción si falta algún insumo por demoras en las órdenes de importación. Se tratan todas de complicaciones extras que podrían exacerbarse todavía más si es que el BCRA decide aplicar más medidas restrictivas.
Además, afecta a muchas personas que se encuentran en la informalidad y que formaban parte los compradores minoristas sin capacidad económica para adquirir, siquiera, los USD 200 mensuales, pero sí para hacerse de alguna diferencia. El dilema es que esas divisas alimentaban al mercado clandestino que para esas personas comprar dólares implicaba un beneficio extra que ahora no tendrán, ya que vendiéndolo en la informalidad podían hacerse algunos pesos.
Mucha gente de clase media que abona servicios y otros consumos en el exterior, los verá relativamente encarecidos ya que la recuperación del 35% de Ganancias/Bienes Personales puede demorar entre 5 y 17 meses, aproximadamente. Otro tanto ocurre con las parejas que comparten una misma cuenta bancaria, antes, ambos podían acceder al cupo de USD 200 por mes. Pero ahora, sólo se aceptará un solo cupo por cada cuenta bancaria.
Y hasta las empresas podrían ver afectados sus niveles de cumplimiento de compromisos con el exterior. Por esta razón, una serie de interrogantes podrían producirse ya que existe el riesgo de que a las firmas se les genere un default, balances más negativos, baja en la cotización de acciones y/o una disminución de la calificación crediticia. Lo que, finalmente, podría derivar en más suspensiones de trabajadores así como pérdida de empleos.
