El 27 de enero de 1945, el Ejercito Rojo liberaba el siniestro campo de la muerte de Auschwitz-Birkenau.
60 años después, la 42 sesión plenaria de la ONU resolvía instituir el 27 de enero como el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto, y a partir de ese momento, esta fecha es recordada alrededor del globo.
Paradójicamente, 10 días antes de la liberación de Auschwitz-Birnkenau, el mismo ejército soviético, pero en Debrecen, Hungría, arrestaba arbitrariamente a Raoul Wallenberg, diplomático sueco que salvó la vida de decenas de miles de judíos húngaros, y desde ese día, sus huellas literalmente desaparecieron de la faz de la tierra.
La intención de la ONU era conmemorar uno de los capítulos más sangrientos de la historia de la humanidad, cuyo resultado fue la masacre perpetrada por los Nazis y sus colaboradores contra 6 millones de judíos y otros 11 millones de civiles de diversas nacionalidades y credos.
El 27 de enero de 2020, cuando recién se disparaba la gran pandemia que aún nos acosa, la fecha fue conmemorada en Jerusalén, bajo los auspicios del Foro Mundial del Holocausto y el agasajo del presidente de Israel, Reuven Rivlin. El encuentro sin precedentes logró reunir a 50 jefes de Estado y de Gobierno (incluyendo al presidente Alberto Fernández) y miembros de varias casas reales. Los líderes mundiales declararon en forma unísona su compromiso de seguir recordando el Holocausto y luchar para que este tipo de calamidades no vuelvan a suceder, bajo el lema: “¡Nunca Más!”
Fiel a su enfoque de “pedagogía positiva”, la Fundación Raoul Wallenberg conmemora el Día Internacional del Holocausto celebrando el espíritu solidario y heroico de los salvadores de víctimas de la persecución nazi; mujeres y hombres que optaron por no ser indiferentes, arriesgando sus propias vidas para salvar a los que mas lo necesitaban.
En dicho contexto, el 27 de enero de 2019, nuestra ONG envió una delegación a Tirana, capital de Albania, y en una emotiva ceremonia proclamó al pequeño país balcánico como Casa de Vida.
Casas de Vida es un programa educativo de la Fundación Wallenberg, destinado a identificar y homenajear sitios que brindaron refugio a las víctimas del aparato de persecución nazi. Normalmente, se trata de iglesias, conventos, monasterios, escuelas o residencias privadas. Albania es el primer y único país declarado Casa de Vida en su totalidad. El motivo: Albania terminó la Segunda Guerra Mundial con un número de judíos mayor al que tenía antes del inicio de la misma. Siguiendo un precepto filosófico-moral llamado BESA, que implica un sentido de hospitalidad que incluye la defensa del huésped, Albania protegió no solo a sus propios judíos, sino también a judíos que vinieron de otros países, en un esfuerzo concertado y espontáneo que incluyó a gente común y a los mismos miembros del gobierno local que, en otros aspectos, obedecía los dictados de las fuerzas de ocupación alemana. No se conoce ningún caso de delación por parte de los albaneses.El Presidente de Albania, Ilir Meta, al inaugurar el Memorial Casa de Vida en Tirana, en enero de 2019 (Oficina de la Presidencia de Albania)
En la Argentina, tanto en esta fecha como en otras instancias, la Fundación Wallenberg contó con el apoyo del difunto Cardenal Primado Antonio Quarracino, quien impulsó la erección de un singular Mural Conmemorativo del Holocausto, que fue emplazado en la Catedral Metropolitana, convirtiéndose en un monumento sin precedentes. Dicho respaldo continuó con su sucesor, el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, quien ya como papa Francisco ordenó en marzo del año pasado la apertura de los Archivos Secretos del Vaticano de la época del Holocausto.
Este desarrollo es relevante a nuestro antedicho proyecto. Desde su lanzamiento en 2014, hemos descubierto más de 600 Casas de Vida a lo largo y ancho de Europa y la notable mayoría son instituciones pertenecientes a la Iglesia Católica. Es por ello que el estudio exhaustivo de los archivos de la época por parte de historiadores especializados podrá echar luz acerca del rol desempeñado por el papa Pío XII, quien sigue siendo una figura controversial, atacado por muchos por su silencio frente a la masacre de los judíos de Europa y defendido por otros que creen que obró de manera sensata, tratando de salvar vidas sin alzar su voz.
En cuanto a las Casas de Vida, surge la pregunta si el papa Pío XII dio la orden explícita de brindar refugio a los judíos, en su mayoría niños, o si simplemente no se opuso a dicha ayuda. Otro interrogante es si dicho salvataje se motivó en una cuestión de solidaridad cristiana o existió la intención de convertir a niños judíos al catolicismo.
Muchos de los niños resguardados en las iglesias fueron bautizados (lo que les ofrecía cierto grado de protección adicional), pero dicho bautismo fue un argumento que la Iglesia aplico después de la guerra, en la llamada “Controversia de los Judíos Huérfanos”, oponiéndose a la devolución de dichos infantes a sus familiares biológicos.
Algunos historiadores, como el famoso Alberto Melloni, opinan que Pío XII respaldó esa posición eclesiástica de negarse a devolver a los niños bautizados, pero obviamente este delicado tema requiere más estudio.
En esta fecha, la Junta Directiva de la Fundación Wallenberg, encabezada por su presidente, Eduardo Eurnekian, quisiera resaltar la figura de Angelo Roncalli, el papa Juan XXIII, quien como Nuncio Apostólico en Estanbul en los años de la guerra, bregó activamente por el rescate de judíos, colaborando con los dirigentes de la Agencia Judía. En el 2011, nuestra ONG confeccionó un informe detallado sobre las actividades de Roncalli durante la guerra y se lo entregó a Yad Vashem, Autoridad Israelí del Holocausto, con la recomendación de que el Nuncio sea reconocido como Justo entre las Naciones.
Este 27 de enero, a los 76 años de la liberación de Auschwitz-Birkenau, pienso en la tragedia de mis hermanos en Europa, pero también recuerdo con emoción las gestas heroicas de Raoul Wallenberg, Angelo Roncalli y de otras decenas de miles de personas de bien, que se enfrentaron al mal e hicieron una diferencia.