Octubre es el mes nacional de sensibilización sobre el cáncer de mama en todo el mundo. Es por ello que es un buen momento para difundir la importancia de la detección del cáncer de mama y de estar alerta a cualquier cambio en los pechos.
Si bien la mayoría de las pautas para la detección del cáncer de mama recomiendan que las mujeres se realicen un examen de rutina a partir de los 40, o antes en el caso de mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama, la médica Deborah Rhodes, especialista en medicina interna de la Clínica de Diagnóstico Mamario de Mayo Clinic, afirma que las mujeres de todas las edades deben estar atentas a posibles cambios en sus mamas y pedir asesoramiento médico si notan algo inusual.
Conocimiento
Rhodes sostiene que las mujeres jóvenes, incluso aquellas sin antecedentes familiares de cáncer de mama, nunca deben ignorar los siguientes cambios: un bulto o un engrosamiento de la mama que se siente diferente del tejido circundante; un cambio en el tamaño, la forma o la apariencia de la mama; cambios en la piel de la mama, como hoyuelos; un pezón invertido que antes no lo estaba; secreción sanguinolenta del pezón; exfoliación, formación de costras o descamación del área pigmentada de la piel que rodea el pezón (la areola) o la piel de la mama; y enrojecimiento o textura de la piel de la mama similar a la cáscara de una naranja.
Por otra parte, Judy Boughey, cirujana mamaria de Mayo Clinic (institución con base en Minnesota), recientemente realizó un estudio de más de 46.000 mujeres de 15 a 49 años. Conforme a los resultados, determinó que, si bien las adolescentes y las jóvenes representan menos del 2 % de las pacientes con cáncer de mama, se les suele diagnosticar cánceres más avanzados, con una biología tumoral más agresiva.
“Las mujeres muy jóvenes de 15 a 29 años habían padecido una enfermedad más avanzada que las mujeres de 30 a 39 años, por lo que es muy importante que las más jóvenes adviertan cualquier cambio en sus mamas y consulten con su médico al respecto”, explica Boughey.