Fue la noche del arquero. Tras un partido durísimo, con récord de faltas y ante una Colombia que durante buena parte del partido fue superior, Argentina terminó abrochando la clasificación desde los 12 pasos.
Y en esa instancia extrema, fue el arquero el que sacó a relucir una pericia y una personalidad impresionantes para contener tres de remates colombianos, sentenciando la semifinal.
Argentina se había puesto en ventaja miuy temprano gracias al gol de Lautaro Martínez, quien remató cruzado dentro del área tras una guapeada de Messi que terminó con un pase preciso.
A partir de ahí Colombia controló el primer tiempo y dispuso de varias ocasiones para empatar, pero le faltó puntería y la primera mitad terminó con el marcador favorable a la albiceleste.
En el complemento, tras un fugaz dominio argentino, los cafeteros acentuaron su control del partido, apoyados en la sagacidad de Cuadrado y la habilidad incontenible de Díaz.
Cuando promediaba el complemento, una falta en la mitad de la cancha derivó en un tiro libre que los de amarillo jugaron rápido con un pase profundo a Díaz, quien superó a Pezella y definió con gran calidad, casi sin ángulo, superando la cobertura de Martínez.
El empate pareció despertar a los argentinos, que gracias a la entrada de Paredes y Di María, volvieron a llevar peligro contra el arco de Ospina, a pesar de que Messi, muy maltratado por la marca, jugó disminuído por un fuerte golpe en el tobillo izquierdo.
Así y todo los de Scaloni dispusieron de varias oportuindades claras que no supieron aprovechar, por lo que no les quedó otra que someter el sueño de la final a la definición por tiros desde el punto del penal.
Y allí fue donde emergió la figura de Martínez, que se hizo gigante conteniendo tres remates, el último nada menos que a Cardona, para desatar la celebración.
Ahora se viene Brasil, la final soñada, en el Maracaná. Qué mejor oportunidad para coortar la sequía de 28 años sin gritar campeón. Que así sea.
