Horas después de prohibir los despidos por 60 días, Alberto Fernández abandonó la residencia de Olivos por segunda vez desde el inicio de la cuarentena por el coronavirus , se mostró con Hugo Moyano , calificó al jefe del sindicato de camioneros como un ” dirigente ejemplar ” y, en medio de su confrontación con empresarios que redujeron personal o aumentaron los precios de artículos de primera necesidad, sostuvo que ” el problema de la Argentina son los que especulan “.
“Durante muchos años, quisieron hacerle creer a los argentinos que el problema de la Argentina eran los políticos y los sindicalistas. Pero el problema de la Argentina es la gente que piensa que sobra gente “, dijo Fernández. “Son los que especulan, no los que creemos que la Argentina se construye trabajando y produciendo”, agregó, en el cierre de un acto por la inauguración del Sanatorio Antártida , que compartió con Moyano y con el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof .
A partir de un acuerdo entre el sindicato de camioneros y el gobierno bonaerense, el sanatorio estará disponible de manera exclusiva para los casos de coronavirus del sistema de salud público de la provincia de Buenos Aires. Son 330 camas críticas , lo que implica la duplicación de camas disponibles del distrito, dado que si bien la provincia cuenta con unas 1300 plazas, solo 300 están liberadas. “Para nosotros fue como encontrar agua en el desierto”, celebró Kicillof .
Moyano disfrutó de su momento: “A mí me confunden. Creen que yo que soy morocho, feucho, laburante, creen que un tipo como yo no puede ser bueno”, dijo, a la salida del sanatorio, en Rivadavia y José María Moreno, barrio de Caballito.
Para Fernández, que mañana cumple años, fue un acto especial: contó que nació en ese lugar, el 2 de abril de 1959. La visita al sanatorio motivó la segunda salida de Olivos desde que se inició la cuarentena. La primera también había sido para recorrer un centro de salud, el hospital René Favaloro, próximo a inaugurarse en La Matanza. Llegó manejando su auto, desde la Casa Rosada, donde aterrizó su helicóptero. Lo acompañaba el vocero, Juan Pablo Biondi. Sobre la avenida Rivadavia, un grupo de vecinos se asomó por los balcones para saludarlo.
Aunque no hubo funcionarios de la Ciudad de Buenos Aires presentes, la reinauguración no podría concretarse sin la habilitación del establecimiento que otorgó el gobierno porteño. Ese paso administrativo era el que impedía la reapertura del sanatorio, que Camioneros adquirió en 2009 y que intenta poner en funcionamiento desde hace varios años. La semana pasada, en la firma del convenio entre la provincia y el sindicato, en la sede de la gobernación, estuvo el secretario general de la Capital, Fernando Straface.
” Preguntale al gobierno de la Ciudad por qué no se habilitó antes este sanatorio . Si no hubiese sido por la gestión de la provincia no sé si lo hubieran habilitado”, dijo Moyano, en contacto con los periodistas que lo abordaron después del acto. En el entorno de Horacio Rodríguez Larreta afirman que el sindicato nunca presentó los papeles necesarios y que, aunque tampoco ahora reunió toda la documentación, se resolvió otorgarle una habilitación provisoria hasta el final de la emergencia sanitaria.
[su_posts template=”templates/default-loop.php” id=”26282″ posts_per_page=”1″ post_type=”post” taxonomy=”category” tax_term=”” tax_operator=”IN”
author=”” meta_key=”” offset=”0″ order=”DESC” orderby=”date” post_parent=”” post_status=”publish” ignore_sticky_posts=”no”]
Con la habilitación del sanatorio, parecen haber ganado todos. Kicillof, porque consiguió buena parte de las camas que la provincia requiere. Moyano, porque el sindicato recibirá los pagos de la provincia por la prestación del servicio y porque una vez que el Antártida esté funcionando la habilitación transitoria se volverá permanente. Y el gobierno porteño, porque, superada la crisis, sumará otro prestador al sistema de salud porteño.
Al margen de esa disputa, el Presidente se deshizo en elogios a Moyano. “Las mejores sociedades son las que se ocupan del otro, no las del sálvese quien pueda. Acá nadie se salva solo. Los empresarios no lo quieren a Hugo porque cuida a los suyos. Eso es un dirigente gremial. Sean como él”, dijo, y agradeció a Liliana Zulet, esposa de Moyano y titular de la empresa que se encargó de la refacción del sanatorio.
Minutos antes se había referido al líder camionero como ” el inmenso Hugo ” y sostuvo que la Argentina “nunca podría haber salido” de la crisis de 2001 sin a ayuda de Moyano. En el idioma sindical, el apoyo al jefe camionero es un llamado de atención para el sector que conduce la CGT.