La silla ergonómica que ocupaba Martín Guzmán arde al rojo vivo. La economía enfrenta los mismos problemas que la semana pasada, agravados ahora por la renuncia intempestiva del ministro de Economía. Quien ocupe su puesto deberá tomar medidas urgentes, enviar señales y contar con un fuerte respaldo. Esa es la percepción de los economistas mientras el gobierno define por estas horas su reemplazante.
El nuevo ministro de Economía tendrá que hacerse cargo de un tablero con buena parte de los indicadores en rojo: dólar bajo presión y sin una referencia clara, reservas al límite, inflación sin techo, stockeo de insumos, trabas a las importaciones, faltante de gasoil, bonos a precio de default, déficit fiscal en ascenso, salarios por detrás de los precios, dudas sobre el financiamiento del FMI y un gobierno cada vez más débil.
“Lo primero es contener la crisis política, por más que venga un ministro de Economía fuerte, es importante el perfil del nuevo equipo económico: la reacción va a ser diferente si es de Cristina Kirchner o es pro mercado, más del estilo de Sergio Massa“, dijo Fernando Marull, de la consultora FyMA. “Las medidas urgentes deberían venir por el lado de lo que venía haciendo Guzmán en lo cambiario, fiscal y monetario”, agregó.
El Gobierno no tiene suficientes reservas para equilibrar el mercado cambiario. Después de endurecer las restricciones al pago de importaciones y acumular US$ 1.500 millones en compras en el mercado de cambios, el Banco Central vendió el viernes US$ 190 millones por pagos de importación de energía. En ese contexto, los dólares financieros se mantienen arriba de $ 247 y $ 251, mientras que el blue cerró el viernes al alza, en $239.
En ese escenario, Carlos Melconian le propuso la semana pasada a Cristina Kirchner hacer un “ajuste clásico”, como el “Fabregazo” (por el extitular del Banco Central, Juan Carlos Fabrega). Fue cuando la gestión de Cristina Kirchner devaluó un 16% en un solo día en 2014. Pero una suba abrupta del dólar podría ser peligrosa con US$ 5.000 millones de reservas netas, una brecha cambiaria del 100% y una expectativa de inflación del 80%, según cálculos de Marull.
“Rápido el que llegue tiene que mostrar adhesión de parte de todo el Frente de Todos y dar señales respecto a cuál va a ser el rumbo de las próximas semanas. Tiene que mostrar puede financiarse, en dólares y pesos. Para eso el acuerdo con el FMI es un pilar, los primeros seis meses dejan un saldo muy negativo para proyectar que se pueden sostener las metas anuales”, señaló Claudio Caprarulo, director de Analytica.
En las últimas horas, cobró fuerza la posibilidad de que asuma el mando de Economía una figura vinculada a Sergio Massa, como Martín Redrado o Marco Lavagna, ante la aparente negativa de Emmanuel Álvarez Agis. El titular de la Cámara de Diputados se reunió este domingo con Alberto Fernández y no se descarta su desembarco en el marco de una reestructuración profunda del gabinete.
Los otros frentes abiertos son el fiscal y el financiero. El FMI presiona por una suba adicional en las tarifas y un fuerte ajuste del gasto en el segundo semestre para reducir el déficit. Por otra parte, la salida masiva de fondos de inversión en mayo desplomó el valor de los bonos en pesos, forzó la compra de más de $ 750.000 millones por parte del Banco Central y complicó las colocaciones de títulos para financiar las cuentas públicas, acelerando la emisión.
“El primer desafío es que la situación actual de la deuda en pesos se revierta genuinamente. Si la política no quiere hacer el ajuste fiscal, o bien “reperfilás” los vencimientos o los pagás con emisión monetaria. Este Gobierno evitará a toda costa lo primero y por eso elige el camino de la emisión monetaria vía rescate de la deuda en pesos y forzando los márgenes del acuerdo con el FMI”, señaló Santiago Manoukian, de Ecolatina.
Cerca de la vicepresidenta creen que es necesario avanzar en medidas para mejorar los ingresos y revisar el acuerdo con el FMI. Cristina apuntó el sábado contra Guzmán, cuando lo comparó con Carlos Melconian por creer que la inflación se baja achicando el déficit. En la otra vereda, desde el IERAL, el instituto de la Fundación Mediterránea capitaneado por Melconian, creen que el Gobierno debería avanzar hacia un ajuste mayor.
“Los desbordes se intentan neutralizar aspirando liquidez a través de las Leliq, con un incremento de este pasivo del Banco Central de casi 800 mil millones de pesos en 30 días. Pero este ritmo no es sostenible, por lo que habrá que prestar atención al grado de compromiso del gobierno con la última promesa al FMI; lograr un ajuste del gasto público de 7,8 % interanual en términos reales en el segundo semestre, como forma de lograr que el déficit primario del año no exceda los 2,5 puntos del PIB”, advirtió el IERAL.