Tal vez la semana que comenzó ayer sea la última tranquila para el dólar. De este modo, las compañías continuarán vendiendo bonos en divisas abaratando el contado con liquidación y el dólar bolsa o MEP, es decir, los dólares alternativos sobre los cuales gira el humor del mercado financiero. Y es que cabe recordar que a partir del lunes de la semana próxima, deben comenzar a pagar sueldos y aguinaldos.
Asimismo, desde el lunes que viene comenzarán a circular el dinero de las jubilaciones y sus aguinaldos mientras que también estarán presentes las compras de los turistas que ven ventajas en el dólar blue para viajar al exterior ya que tiene el mismo valor que el solidario, que es al que le cotizan los pagos con tarjetas de crédito. Pero cabe preguntarse, ¿Por qué razón esta podría ser la última semana tranquila en cuanto al dólar?
Las señales de que el veranito del dólar puede estar cerca de su final se vieron el viernes cuando el dólar blue recuperó $3 y cerró a $149 y se acentuó la sospecha que se hizo todavía más fuerte luego de que en la jornada financiera de ayer volviera a subir el también conocido como dólar paralelo unos $2 hasta ubicarse por encima de los $150, es decir, se comercializa en torno de los $151 en las cuevas de la city.
Por su parte, los dólares alternativos o financieros, a su vez, quedaron sin cambios y cortaron un rally sostenido de bajas, por lo que desde su cotización máxima de $190 cayeron a $142. Esto significa que la idea del ministro de Economía, Martín Guzmán, que consistía en achicar la brecha parece haber encontrado un límite, más allá del hecho de que logró reducirla en casi un 25%, todavía existe un problema.
Y es que los dólares que cotizan fuera del mercado oficial aún están por encima de 70% y ese porcentaje sigue siendo una alerta roja para la tan temida devaluación. Además, las reservas de libre disponibilidad están a merced de la base monetaria, es decir de los pesos que pueden comprarlas. Esto significa que el valor del dólar reserva oscilaría alrededor de los $130, por lo que una devaluación de 51% equilibraría estos dos indicadores.
Cabe recordar que el dólar mayorista, que es el que se utiliza para comercio exterior, ayer lunes cerró en torno a los $82,45. Este desequilibrio es el que impide que los exportadores se deshagan de sus tenencias porque no les importa tanto que la soja en Chicago haya alcanzado el valor más alto de los últimos seis años, sino que lo que les interesa es el tipo de cambio al que van a liquidar sus tenencias.
En Argentina, más allá de los vaivenes externos, la expectativa doméstica sigue estando en las señales políticas y económicas, en especial frente a un año electoral, y a la espera de poder cerrar un acuerdo con el FMI en los próximos meses. Hasta que esto no ocurra, la tensión financiera puede ir creciendo paulatinamente a partir de la semana que viene ensanchando la brecha cambiaria y atrayendo nuevamente el tan temido fantasma de la devaluación.