WASHINGTON.- Imprevistamente y sin aviso, y en línea con su política ” America First“, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció en Twitter que volverá a imponer aranceles más altos a las importaciones de acero y aluminio de la Argentina y Brasil, un duro golpe para las ventas de Techint y Aluar en medio de la crisis económica que puso fin a un acuerdo sellado hace tan sólo un año y medio por el gobierno de Mauricio Macri para preservar las exportaciones metalúrgicas.
Trump, que tiene su mente puesta en la campaña presidencial y los comicios del año próximo, cuando buscará su reelección, justificó la decisión en la renovada fortaleza del dólar, las ventajas que dejó la devaluación del peso y el real a la Argentina y Brasil en los últimos meses y la necesidad de proteger a los agricultores del país, uno de los pilares de su “base” en varios estados cruciales del país, quienes han sufrido pérdidas por su guerra comercial con China.
“Brasil y la Argentina han estado presidiendo una devaluación masiva de sus monedas, lo cual no es bueno para nuestros agricultores. Por lo tanto, y con vigencia inmediata, restableceré los aranceles a todo el acero y el aluminio que se envíe a los Estados Unidos desde esos países”, anunció Trump en Twitter.
Brazil and Argentina have been presiding over a massive devaluation of their currencies. which is not good for our farmers. Therefore, effective immediately, I will restore the Tariffs on all Steel & Aluminum that is shipped into the U.S. from those countries. The Federal….
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) December 2, 2019
Además, Trump instó a la Reserva Federal (Fed, en la jerga) a impedir que los países se “aprovechen” de la fortaleza del dólar depreciando sus monedas, una declaración que parece sugerir que Trump piensa que Brasil y la Argentina devaluaron sus monedas a propósito. El presidente insistió además en que la Fed debería bajar la tasa de interés para impulsar la economía. “¡Bajen las tasas y alivien, Fed!”, cerró el mandatario en su mensaje en Twitter.
La decisión de Trump golpeó y tomó por sorpresa a dos aliados estratégicos de Washington en América latina, y volvió a señalar que Trump supedita sus decisiones de política exterior a sus necesidades políticas internas. La movida del magnate tomó totalmente desprevenidos a los dos mandatarios con los cuales tiene mejor relación en América latina, Mauricio Macri, a quien llamó “mi amigo” y conoce desde hace más de 30 años, y Jair Bolsonaro, apodado “el Trump del trópico”.
Macri y Bolsonaro se preocuparon por construir un estrecho vínculo con la Casa Blanca. La movida del mandatario republicano llegó en el epílogo del gobierno de Macri, cuando faltan ocho días para la asunción de Alberto Fernández. En marzo de este año, Bolsonaro había aceptado importar unas 750.000 toneladas de trigo de Estados Unidos por pedido de Trump.
Al enterarse de la decisión, Bolsonaro dijo que, de ser necesario, se comunicara directamente con Trump. “Tengo un canal abierto con él”, dijo el presidente brasileño.
Pese al buen vínculo, el gobierno argentino se enteró de la decisión de Trump por Twitter. Lo mismo ocurrió con las empresas. La decisión echó por tierra el acuerdo firmado en mayo de 2018, por el cual el gobierno de Trump se comprometió a mantener un cupo de importaciones de acero y aluminio exento de los aranceles implementados por Trump como parte de su ofensiva proteccionista. En su momento, el gobierno de Macri consideró ese acuerdo “un logro”.
“Es inesperado para todos, para nosotros, para Brasil y para el sector privado”, dijo el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica.
El gobierno de Trump se había comprometido a mantener con la Argentina un cupo equivalente al 100% del promedio del aluminio y al 135% del promedio del acero exportado en los últimos tres años. Antes de los aranceles y de la cuota, la Argentina vendía acero y aluminio por unos US$ 700 millones anuales a Estados Unidos. Ahora, en la antesala de un año electoral complicado, Trump vuelve a imponer un cepo proteccionista para intentar favorecer al campo. El presidente necesita asegurarse el respaldo de los granjeros en los cruciales estados de Iowa, Ohio y Pensilvania, golpeados por su guerra comercial con China.
Monica de Bolle, economista senior del Instituto Peterson de Economía Internacional, dijo a LA NACION que la decisión no tiene nada que ver con la Argentina o Brasil, sino con la reciente fortaleza del dólar y la necesidad de Trump de enviar una señal a su base en el inicio de la campaña presidencial. Los granjeros de Estados Unidos han sufrido un duro revés con la guerra comercial con China, y son uno de los pilares de la coalición trumpista. De Bolle dijo también que Trump puede estar buscando presionar a la Argentina y Brasil para que exporten menos a China, para beneficiar de esa manera a los agricultores norteamericanos.
[su_note note_color=”#0A8C06″ text_color=”#ffffff” radius=”10″ class=””]”Es todo político, no hay un razonamiento económico para esto”, afirmó De Bolle.[/su_note]
Benjamin Gedan, director del Argentina Project en el Centro Woodrow Wilson, arraigó la movida de Trump en la política interna de Estados Unidos más que en la relación bilateral con la Argentina o Brasil, o el vínculo con China, cuyo avanza en la región preocupa a Washington.
“Esta administración siempre ha priorizado el proteccionismo económico, incluso a expensas de relaciones internacionales valiosas. Podría decirse que Bolsonaro es el líder latinoamericano favorito del presidente Trump, pero eso no lo protegió de estas medidas”, indicó Gedan.
“En muchos aspectos, Estados Unidos ya no tiene una política exterior”, agregó. “Claramente, el presidente de salida en la Argentina no tiene influencia en la relación, y el presidente electo está mal posicionado para solicitar un trato favorable, que Macri consiguió la última vez que la Casa Blanca amenazó con una acción similar. Pero, en última instancia, esto se trata de política interna”, cerró.
Trump siempre ha utilizado los aranceles a las importaciones de Estados Unidos para conseguir objetivos políticos o económicos. Este año, por ejemplo, Trump forzó al gobierno de Andrés Manuel López Obrador a desplegar una ofensiva contra las caravanas de inmigrantes de América Central con una amenaza de aranceles a las importaciones de México.
El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, dijo en una entrevista con la cadena Fox que Trump podría reavivar aranceles a China si la firma del primer paso del acuerdo comercial entre las dos potencias se modera. Al ser consultado sobre los aranceles a Brasil y la Argentina, Ross afirmó: “Aun nuestros amigos tienen que vivir según las reglas”.