Luego de que durante la tarde de ayer se viralizara el accionar de un rompevidrios que necesitó apenas unos 27 segundos para robar en Yerba Buena, los vecinos de la Ciudad Jardín se preguntan qué es lo que hace el intendente que eligieron para que los gobierne. Se trata de Mariano Campero, quien solo atina a especular con su futuro político, mientras que en el municipio los robos crecen a diario.
El hecho ocurrido ayer, apenas es un caso más entre los tantos que asedian a Yerba Buena, pero no deja de causar estupor la escena en la que se observa un vehículo que se encontraba estacionado sobre calle Santo Domingo al 1.700, en el barrio Viajantes, de la Ciudad Jardín. Y es que apenas 27 segundos necesitó un delincuente para controlar que no haya policías o posibles interrupciones en la zona.
Luego de cerciorarse de que, como siempre, no hubieran efectivos de la Policía municipal que es responsabilidad de Campero, procedió a romper la ventanilla de una camioneta y llevarse consigo un bolso con una notebook dentro, con la misma tranquilidad con la que podría haberlo hecho su legítimo dueño, a quien le robaron su herramienta de trabajo con importantes documentos cargados en la computadora.
Pero mientras que una simple cámara de seguridad registró cada movimiento del rompevidrio, ¿Por qué hechos de este tipo continúan sucediendo y cada vez más seguido en Yerba Buena? Realmente, este municipio está tomado por la inseguridad y la delincuencia a pesar de que el intendente cuenta con un frondoso presupuesto con el que debería de hacerse cargo de llevarle tranquilidad a sus habitantes.
Claramente, tanto la Policía como la Justicia están en deuda con la totalidad de la población. Pero, sobre todo, es el mismísimo intendente de Yerba Buena quien debería dar la cara y hacerse cargo de la problemática de la inseguridad, cuyos tentáculos están esparcidos a lo largo y ancho del municipio sin que la gente obtenga algún tipo de respuesta ante lo que consideran un abandono por parte del intendente Campero.
En reiteradas ocasiones, desde Tucumán Despierta hicimos hincapié en el hecho de que el intendente de Yerba Buena prefirió dedicar su tiempo en especular con la posibilidad de convertirse en el líder de la oposición tucumana, antes que cumplir con lo que manda el voto popular, es decir, gobernar para quienes representa, o sea, a los habitantes de Yerba Buena. Caso contrario, estaría cayendo en una lisa y llana estafa electoral.
¿Acaso tendrá que ocurrir una tragedia en materia de inseguridad para que Mariano Campero tome consciencia y se haga cargo de los ciudadanos de Yerba Buena? Mientras tanto, lo único que esperan los yerbabuenenses, es que se ocupe de ellos y su ciudad, en lugar de dejarlos abandonados a su suerte.
Deje de jugar a ser candidato a gobernador, cuando no puede hacerse cargo siquiera de un municipio.
