Gerardo Luna, de 26 años, fue interceptado ayer por dos delincuentes cuando se dirigía en moto a su trabajo. En la zona de Bernabé Aráoz y Crisóstomo Álvare, en la capital, dos motochorros lo abordaron para intentar robarle el rodado y le dieron un puntazo en el abdomen. La víctima fue asistida por la herida de arma blanca en el hospital Padilla, donde ingresó alrededor de las 13.30, según fuentes oficiales.
Luego del hecho, familiares, un representante del call center “Aegis SA” y el delegado interno, Esteban Vergara, acompañaron al herido en el sector de Guardia del centro sanitario durante la siesta y confirmaron la agresión. El joven fue trasladado a una clínica privada y está fuera de peligro.
Si bien no contaban con datos precisos en ese momento, los allegados relataron que Luna iba en su moto y que, después del ataque, se dirigió al edificio donde trabaja, en calle Alberdi al 100, para solicitar asistencia. En la empresa relataron que, dado que estaba herido, se llamó al servicio de emergencia de la ART. Minutos después, Luna fue llevado al Padilla en una ambulancia.
El delegado interno, representante del sindicato de empleados de comercio, enfatizó que no se trataba de un hecho de inseguridad aislado. Explicó que, a través de diferentes notas presentadas en los últimos años, se había solicitado a la Policía de la provincia mayor presencia policial afuera de la sede del call center debido a una serie de arrebatos y robos de rodados.
“El 20 de noviembre presentamos la última nota. Se reforzó la vigilancia con personal policial, pero esa medida se extendió sólo por dos semanas. El viernes pasado, previo a este nuevo ataque, una compañera me había solicitado que vuelva a pedir seguridad porque habían asaltado a dos chicas y habían rodado una bicicleta afuera de la empresa”, manifestó el delegado gremial.
Vergara explicó que se pedía vigilancia, sea con personal fijo o el recorrido de móviles, en especial, en los turnos de entrada y salida: entre las 8 y las 9; desde las 13.30 hasta las 16; de 20 a 21; y alrededor de la medianoche.
“En la empresa trabajan unas 900 personas, la mayoría, mujeres, quienes han sido víctimas puntuales de los atacantes. Los hechos de inseguridad han sido constantes, y cada vez son más directos”, insistió el representante del personal.