Rápidamente, las redes sociales reflejaron las posturas a favor y en contra de la medida, más motivadas por las simpatías ideológicas que por la evidencia científica.
No obstante, en el contexto de tal discusión, acalorada, nadie reparó en un detalle: la empresa que distribuirá las vacunas en el país está severamente sospechada de diversos desaguisados. Los dos principales de enorme gravedad: elaboración de drogas sintéticas y tráfico de precursores químicos.
Se trata de HLB Pharma Group SA, perteneciente a un personaje que suele usar diferentes nombres. Por caso, para el ámbito farmacéutico es Ariel Fernando García, pero para el mundo legal utiliza otra nominación: Ariel García Furfaro.
Su historia es interesante: se recibió de abogado estando detenido y después tomó escena pública por haber defendido a delincuentes de la talla de “El loco del martillo”. También por haber intentado avanzar en la formación de un sindicato de presos.
Poco después saltó del mundo de la defensa penal al universo del rubro farmacéutico y la compra de empresas en quiebra. Uno de sus socios a ese respecto es Jorge Salinas, quien apareció implicado en 2016 en un confuso hecho que no fue esclarecido hasta el día de hoy: la explosión de una caldera en Laboratorios Apolo, de Rosario, en medio de una investigación por producción de efedrina.
Pocos saben que esa firma se dedicaba casi en exclusiva a producir ese compuesto, siempre demandado por el narcotráfico a efectos de confeccionar drogas sintéticas.
No es todo: Salinas supo ser presidente de Rigecin Lab, empresa acusada de utilizar comprobantes apócrifos para evadir el pago de IVA y Ganancias.
A su vez, en 2010 la entonces ministra de Salud de la Nación, Graciela Ocaña, acusó al empresario Rubén Romano —viejo conocido de Tribuna de Periodistas— por ser actor principal de la denominada “mafia de los remedios” y logró que fuera procesado junto a otros 5 empresarios por desviar $21 millones del PAMI. Entre ellos, el mencionado Salinas.
Volviendo a Furfaro, el 27 de septiembre de 2018 fue noticia porque el municipio de San Isidro procedió, de manera preventiva, a la clausura de su empresa HLB Pharma Group SA (sí, la misma que hará la distribución de la vacuna rusa) por falta de medidas de seguridad, ausencia de constancias de permiso de vuelco de líquidos e incumplimiento a la Ley 11.459 de habilitaciones industriales, entre otras cuestiones.
A su vez, el 9 de agosto de 2019, otra de sus empresas, laboratorios Ramallo, debió retirar del mercado tres lotes de su solución de clorhidrato de adrenalina al 1% por exigencia de la ANMAT. El organismo detectó varias irregularidades allí.
A esta altura, si sorprende la cualidad ética y moral de los socios referidos, resta mencionar a un tercero, que supo oficiar como director Titular de HLB Pharma Group SA y que renunció en abril de este año.
Se trata de Hugo Orlando Suárez Borello, quien fue detenido en Arrecifes en mayo de 2019 en el marco de una denuncia judicial por “estafa profesional” que pesaba contra su persona.
La sombra narco
Como se dijo, las sospechas sobre García Furfaro van más allá de los meros delitos de “menor cuantía”. Se cierne sobre su persona la sombra del siempre inquietante narcotráfico.
Es un tópico que ya mismo roza a otra de sus firmas: 3 Arroyos SA, dedicada a la exportación de cereales.
Basta otear los movimientos que se dan a diario en la planta de Pilar de camiones de esa misma empresa, con ostentosos traslados a Bella Vista que luego se embarcan en el puerto de Buenos Aires. No se trata de cereales, ciertamente.
García Furfaro es todo un personaje, que se volvió multimillonario de repente. Dejando atrás aquellos días en los que “abría” verdulerías a pedido de Kolina, la agrupación de Alicia Kirchner.
Ello a través de Nelson Donato, uno de los asesores de la hermana del expresidente Néstor Kirchner y hoy referente del espacio de salud del Instituto Patria.
Esa es otra trama que merece contarse, al igual que su intento de blanquear dinero a través de laboratorios Roux Ocefa… pero ello será motivo de otra nota.