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Dura negociación. La historia secreta de cómo Macri acordó con Lagarde la vuelta de Argentina al FMI

El 8 de mayo del año pasado Argentina anunció su vuelta al Fondo. Las razones y personas que llevaron al Presidente a dar ese paso y los debates internos.

El presidente Mauricio Macri, junto a la directora del FMI Christine Lagarde, en la última cumbre del G20, en Buenos Aires. 30/11/2018. Foto AP
Descacharreo

El 8 de mayo del año pasado amaneció con lluvias y tormentas. La vaguada, un sistema de baja presión que favorece la formación de nubes, se había instalado hacía un mes en Buenos Aires. Precipitaciones y vientos fuertes decía el pronóstico, casi un preludio de lo que pasaría con la economía en los tres meses siguientes: una suba del dólar de 75%. En lo que iba del año había subido 21%…

“De manera preventiva”, explicó Macri esa mañana la ida al FMI. “El mayor respaldo nos evitará una crisis como las que tuvimos”.

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Finalmente, el dinero no fue preventivo. Se utilizó y se utilizará. ¿Se evitó una crisis como dijo Macri? Algunos dirán que sí, que de lo contrario la devaluación habría sido más alta. Para otros, el FMI agravó la crisis.

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Fuente: BCRAInfografía: Clarín

El mensaje de Macri, transmitido por TV, duró tres minutos. Casi lo mismo que la conversación con Christine Lagarde, un rato antes.

Esa mañana, temprano, hubo una reunión en la Rosada entre el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, y los ministros de Hacienda y Finanzas, Nicolás Dujovne yLuis Caputo. “Hay que ir al FMI”, coincidieron los tres. Llamaron a Marcos Peña. “Vamos a comunicárselo al Presidente”, les dijo.

“¿Es tan inminente?”, preguntó Macri. “Si están convencidos, vamos ya”.

La historia de cómo Argentina llegó al FMI y negoció los acuerdos es un entramado de desinteligencias, timming diferentes, errores de cálculo y visiones opuestas a la hora de hacer política económica entre funcionarios argentinos y del FMI. Todo esto, expuso al Presidente.

Quizá un indicio de lo que ocurriría lo tuvo Macri el 3 de enero de 2018 cuando Caputo le dijo en Cumelén, un barrio cerrado de Villa La Angostura con casas sobre la playa al Nahuel Huapi: “Va a ser un año difícil, los mercados se pueden cerrar. Salgo mañana a tomar deuda”.

Los inversores ofrecieron a la Argentina US$ 36.000 millones al 5%. Caputo tomó US$ 9.000 millones. Consiguió más monto, más barato que un año atrás y sin road show. Caputo y sus dos colaboradores, Pablo Quirno y Santiago Bausili (hoy secretario de Finanzas), tenían programado viajar el fin de semana pero como se adelantó México a colocar deuda, se apresuraron a hacer la operación por teléfono. Una tormenta en Nueva York aquella mañana puso en riesgo que los traders llegara a sus oficinas y se pudiera iniciar la ronda. Finalmente se hizo.

PERSONAJES CLAVES EN EL ULTIMO AÑO

Steven Mnuchin

Steven Mnuchin

Secretario del Tesoro de EE.UU.

Públicamente y en negociaciones en privado apoyó siempre la posición del país. “El préstamo del FMI es más que suficiente para Argentina”, dijo.

Jerome Powell

Jerome Powell

Chairman de la Reserva Federal

Alentó a Caputo a renegociar aspectos del primer acuerdo con el FMI. “Vayan el FMI, pero metan presión política. Que tu presidente hable con mi presidente”.

Christine Lagarde

Christine Lagarde

Titular del FMI

Apoyó el gobierno de Macri desde el inicio de su gestión. En Davos 2016, semanas después de que asumiera como Presidente, hasta apoyar el programa más grande en la Historia del FMI.

David Lipton

David Lipton

Representante de EEUU en el FMI

Economista y defensor ferviente de que el precio del dólar no sea manipulado por el Gobierno. Se enfrentó a Luis Toto Caputo quién defendía lo contrario. Finalmente, su posición quedó a un lado.

Nicolás Dujovne

Nicolás Dujovne

Ministro de Hacienda

Es el interlocutor de Argentina con el organismo y ganó la confianza de Lagarde. Tuvo cortocircuitos con Luis Caputo sobre el manejo del dólar y la discusión con el FMI.

Luis Caputo

Luis Caputo

Ex Ministro de Finanzas y titular del BCRA

En enero de 2018 le anticipó al Presidente que Argentina debía ir al FMI. Al frente del BCRA se mostró en contra de la flotación cambiaria que impulsaba el FMI. Esto lo enfrentó con Lagarde y Dujovne.

Guido Sandleris

Guido Sandleris

Ex Ministerio de Hacienda y actual titular del BCRA

Primero como jefe de asesores del Ministerio de Hacienda y, después al frente del BCRA, Sandleris negoció permanentemente los detalles del primer y segundo acuerdo.

La Argentina era aún una historia exitosa para los mercados. Macri viajó a Davos dos semanas después y lo comprobó. Pero en el cierre de la gira, desde Europa, llamó a Caputo.

-“¿Cómo ves todo?”

-“Pensá en el plan B, en el FMI”.

Llegó febrero y en tres días el S&P 500 cayó 7% y el Dow Jones 8%. Wall Street recibió a Jerome Powell -el reemplazante de Janet Yellen al frente de la Reserva-, con la peor bienvenida a un titular de la Reserva en la historia. Powell dijo que era más optimista sobre la economía de EE.UU. y se interpretó como que aumentaría las tasas ese año. Las subió cuatro veces.

El endeudamiento para la Argentina empezó a encarecerse. “No vamos a colocar más bonos”, dijeron Quirno y Bausili en Nueva York. El mercado estaba saturado de deuda argentina y Argentina había registrado un déficit externo de US$ 31.600 millones en 2017.

En abril el ruido creció. El Gobierno implementó el impuesto a la renta financiera (eso generó un debate entre Hacienda y Finanzas-BCRA) y la UCR, junto a la oposición, solicitó a Macri congelar tarifas.

El 25 de abril sonaron las alarmas. Sturzenegger vendió US$ 1.471 millones de reservas y el dólar quedó firme en $ 20,55. “Fue un error”, admite un entonces funcionario de la entidad. “Pero la Casa Rosada estaba sobre el banco”.

El régimen cambiario de Sturzenegger era de flotación. Pero el banco había intervenido tres veces en un año y medio, por ejemplo, cuando había “disrupciones” como fue el Brexit. “Pero la de abril fue un error definitivamente, en parte, porque la Rosada presionaba”. Llegaban mensajes de parte del Presidente y, en ocasiones, el diálogo era directo.

Las chispas entre el banco y la Jefatura se encendieron en 2017. Días previos al 28 de diciembre de ese año, Peña y Quintana le dijeron a Sturzenegger que bajara la tasa unos 1.000 puntos básicos en seis meses. Y que en el primer anuncio ‘la cortara’ 250 puntos. Dujovne apoyó a Peña y Quintana. Caputo también.

El banco bajó la tasa pero no en la magnitud conversada. En vez de 250 puntos fueron 75. En Jefatura y Hacienda no cayó bien la actitud de Sturzenegger. “Sólo 75 puntos” no lo mostraba como un convencido.

Los intentos desesperados del Gobierno para aguantar la presión del mercado salieron rápidamente a la luz. Giró 180° su política de tasas: en enero las bajó y en abril las subió 1.275 puntos en una semana pasando de 27,25% a 40%. Y para mostrar que Dujovne bailaba el mismo tango que Sturzenegger, Hacienda anunció ese mismo día el recorte de las metas fiscales de 3,2% del PBI a 2,7%.

Cuarenta y ocho horas más tarde el Presidente anunció la ida al FMI. Llamó a los socios políticos de Cambiemos y les informó. Habló por televisión y logró que el dólar bajara. Pero luego Dujovne dio una conferencia de prensa y el tipo de cambio subió otra vez. El Central intervino vendiendo futuros pero igual el dólar terminó arriba ese día, en $ 22,90.

Aquel 8 de mayo, el mismo día del anuncio, Dujovne voló a Washington. Fue en un vuelo vía Atlanta. Iba por 48 horas a DC.

En Hacienda destacan que el encuentro clave de la gira fue con el subsecretario de Asuntos Internacionales del Tesoro, David Malpass-hoy presidente del Banco Mundial-. “Con su apoyo, fue más fácil conseguir el del resto de los países”, dice un funcionario presente en la reunión.

De ahí el equipo se dirigió al FMI, a reunirse con Lagarde. “You seem short on women”, recibió la uno del Fondo a la comitiva argentina. El ministro llegó acompañado de Sebastián Galiani, Ariel Sigal, Guido Sandleris y Rodrigo Pena. Por el Banco Central fue Lucas Llach, vicepresidente de la entidad. También el secretario de Finanzas, Santiago Bausili. Se unió al equipo Gabriel Lopetegui, representante argentino en el FMI.

Lagarde transmitió su apoyo y, acaso, una pista de lo que sería uno de los tres ejes del primer plan. “¿Cómo está Federico?”, preguntó por Sturzenegger. Recomponer la confianza -tras el 28D- y el patrimonio del BCRA, junto al equilibrio fiscal y el dólar libre, fueron prioridad para el staff.

El Fondo y el equipo argentino acordaron que Caputo buscaría fondos en el mercado y Dujovne destinaría ese dinero a recomprar los títulos públicos que Sturzenegger tenía como activo en el banco. El plan cerraba con el Banco Central utilizando esos pesos para cancelar Lebacs. “El error fue haber puesto una meta en ese punto”, admite hoy un funcionario de aquel equipo. En el primer año la hoja del BCRA debería mejorar en $ 312.000 millones. Otro error fue sobreestimar la capacidad que tiene el FMI para traccionar los capitales a un país en crisis de balanza de pagos.

Las negociaciones sobre los cálculos, el acuerdo y el monto del stand by con el staff llevaron cuatro semanas. Sandleris y Pena trabajaron en una oficina del edificio del FMI junto a Roberto Cardarelli y su equipo. Incluidos algunos fines de semanas. “Cortemos acá, juega la Lazio”, les dijo un domingo el italiano.

El 20 de junio el Board del FMI aprobó US$ 50.000 millones para Argentina, cifra récord. Dos días después se acreditaron en una cuenta del BCRA en Suiza unos US$ 15.000 millones correspondientes al primer desembolso. La mitad los utilizó Dujovne para realizar subastas y mantener el dólar a raya, misión que Sturzenegger no consiguió y entonces Caputo tomó su lugar.

El ‘Toto’ llegó al Central con el track récord de haber logrado una semanas antes que Templeton comprara el 75% de unos bonos emitidos mientras era ministro de Finanzas (US$ 2.250 millones). Al mismo tiempo, Sturzenegger -aún en el banco-, puso una muralla de US$ 5.000 millones para frenar el dólar en $ 25. Y funcionó. Pero cuando quitó el muro el dólar pasó los $ 26. “En $ 25 no es nivel para intervenir, vemos en $ 30”, dijo Lagarde a Macri, Dujovne, Caputo y Sturzenegger un día de esos en un call en Olivos. Dos personas confirmaron esta directriz de madame.

El dólar siguió presionando y llegó la orden de la Rosada desautorizando al FMI: “Intervengan”. Sturzenegger vendió US$ 800 millones en dos días y se fue. En su mandato casi US$ 11.000 millones.

Lo que siguió fue la amplificación de dos tendencias que ya venían lanzadas. Una, que el dólar se mostró estable en $ 28 mientras Dujovne vendía US$ 7.500 millones. ¿Se confirmaba que había que intervenir? La otra, un aumento de la tensión dentro del equipo económico y con el FMI para que el BCRA vendiera reservas.

En agosto, en una reunión de Jackson Hole, EE.UU., donde se juntan todos los banqueros centrales una vez al año, Caputo le comentó a Powell las dificultades del programa del FMI para estabilizar el peso. Era necesario modificar la flotación libre. “Se puede, pero háganlo vía el FMI y metan presión políticaQue tu presidente hable con mi presidente. Y con Merkel también”, le dijo Powell.

En cuestión de días el dólar en Argentina pasaría de $ 30 a $ 40. Macri preguntaba a su equipo. “¿Qué dicen los del FMI que hagamos con el dólar? Que lo pongan por escrito y que se hagan cargo”. El contacto con el BCRA era minuto a minuto.

Hacienda y el FMI observaban el CV de Caputo: decían (y dicen) que su perfil no era el adecuado para hacer política monetaria y cambiaria, que más bien era un trader pendiente de qué estrategia usar para contener el dólar cada día en vez de seguir una regla. Caputo, a su vez, señalaba a los economistas ‘académicos’ porque decía que ponen esfuerzo en entender qué sucedió en vez de anticipar qué viene. “No puedo no estar en el mercado”, escuchó alguien decirle Caputo a Alejandro Werner, director del FMI para la región.

El día previo al anuncio de Macri del plan FMI I hubo reunión (otra más) en la Rosada. Quintana y Caputo eran proclives a actuar rápido. “¿Es para tanto?”, preguntó Peña.

De lo que sigue hay versiones distintas. Una muestra a Caputo como un Rasputín que convenció al Presidente de pararse delante de la pantalla y transmitir un mensaje media hora antes de que abran los mercados diciendo que había acordado un adelanto de los desembolsos con el FMI cuando no era así. La otra, que Dujovne y Caputo habían dicho el día anterior que Macri hablaría sólo luego de que el FMI enviara un comunicado diciendo que se trabajaba en un segundo acuerdo. Pero el organismo pidió 48 horas y el Presidente habló igual. ¿Macri ejerció presión como había dicho Powell o actuó de manera improvisada como lo juzgó el mercado? Ese día el dólar subió 7,3%. Y al día siguiente 16%. Se superó el salto que registrado a lasalida del cepo.

El FMI, finalmente, apoyó a Macri. Según Hacienda, el ‘piletazo’ del Presidente causó estupor en el FMI y el Tesoro. Para colmo, vino aquel fin de semana de rumores de renuncia y cambios en el Gabinete. El FMI decidió ampliar el paquete de ayuda y adelantarle US$ 20.000 millones a Macri para su gestión respecto al programa anterior. El programa tuvo retoques desde lo técnico –el crecimiento cero de la base monetaria, el compromiso de una zona de no intervención y el déficit cero-. David Lipton, dos del FMI, habló con Peña y dio luz verde para el acuerdo. Pero observó que Caputo era una pieza disruptiva en la cadena de toma de decisiones porque no estaba de acuerdo con la libre flotación. El jefe del BCRA se fue vendiendo US$ 5.007 millones de reservas.

Un vocero del FMI, consultado por este artículo, señaló respecto al futuro que “El éxito del programa económico de las autoridades respaldado por el FMI dependerá de una implementación continua y resuelta. Esto requerirá la construcción de un apoyo amplio a favor de políticas que protejan los más vulnerables, mitiguen las vulnerabilidades económicas, incrementen el potencial de crecimiento de Argentina y promuevan la confianza del mercado”. Argentina es hoy el 45% de la cartera efectivamente desembolsada del Fondo.

El organismo esta semana aceptó la intervención del BCRA. Macri, en la intimidad, festejó.

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