En los pasillos de la Casa Rosada se respiraba tranquilidad y conformismo después de la larga reunión de una hora y 20 minutos entre el presidente Javier Milei y el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken.
Hubo un tono de cooperación y buen vínculo a lo largo del encuentro ampliado que tuvo lugar en el segundo piso de la Casa de Gobierno. En el salón estuvieron los principales funcionarios del gabinete de Milei como así también buena parte de la comitiva que acompañó al jefe de la diplomacia de Estados Unidos.
Todos los indicios indicaban lo que finalmente sucedió: la visita exprés del representante de Joe Biden en el mundo ratificaría el acercamiento entre ambos países y el conformismo de la Casa Blanca por el posicionamiento geopolítico que adoptó la Argentina desde que Milei asumió la presidencia.
“Argentina tiene lo que el mundo necesita, y por eso creemos que es tan importante que seamos socios estratégicos”, dejó bien en claro Blinken durante la conferencia de prensa que brindó junto a la canciller Diana Mondino una vez finalizado el encuentro con el Presidente.
El salón estaba repleto y todos lo escuchaban con atención. Desde el vocero presidencial Manuel Adorni hasta el jefe de Gabinete de ministros, Nicolás Posse, pasando por el embajador norteamericano Marc Stanley o el principal funcionario del Departamento de Estado para América Latina, Brian Nichols.
Nadie se sorprendió que Blinken no se saliera del manual diplomático que lo caracteriza. Un tono solemne y tranquilo, pero muy seguro. El perfil de una persona que un día negocia en Medio Oriente un posible cese del fuego en la Franja de Gaza y al otro día se encuentra con su par ruso para reprochar la muerte de Alexei Navalny.
En la Argentina no quedan anuncios concretos de inversiones o desembolsos de dinero, pero sí un respaldo que, según entienden en los principales ministerios nacionales, pueden impulsar la relación con Estados Unidos que para Milei es fundamental en temas espinosos como la negociación con el FMI.
Quedó en claro, también, que Washington está muy interesado en recursos estratégicos que la Argentina posee en su territorio y sobre los cuales China avanzó cada vez con mayor velocidad en los últimos años. Hablamos de las energías limpias, del litio y de las telecomunicaciones. El litio es una de las obsesiones de Estados Unidos.
“Fue muy positivo, estamos todos muy contentos”, le aseguraron a TN distintos funcionarios argentinos que participaron del encuentro. Por parte de Estados Unidos, donde no suelen dar información off the record, las palabras del jefe de la diplomacia dejaron en evidencia que tenían un sentimiento muy parecido.
Hubo temas espinosos e incómodos para Javier Milei, como el viaje que esta misma noche emprenderá a la capital norteamericana para participar de la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), donde Donald Trump será el principal orador.
Si bien Milei es consciente de que el republicano puede volver a la Casa Blanca tras las próximas elecciones presidenciales de noviembre, quienes más conocen el vínculo bilateral le recomendaron evitar un contacto estrecho con Trump durante la visita a Estados Unidos. Puede aparecer una foto, pero no una reunión.
Consultado sobre este tema, que indefectiblemente molestó a la administración de Biden, el secretario Blinken salió del aprieto con una sutileza: “Yo no hago política, hago políticas públicas desde la diplomacia”. Punto final para una breve visita de alto nivel, pero que resultó muy productiva para el relanzamiento de las relaciones bilaterales, tal como entendieron tanto en la Argentina como en Estados Unidos.