Un estudio Laboratorio de Estudios Atmosféricos del Instituto de Química del Noroeste Argentino (de doble dependencia CONICET – Universidad Nacional de Tucumán) arrojó resultados alarmantes: el aire de Tucumán, el aire que respiramos a diario todos los tucumanos, en la época seca y de mayor actividad industrial está hasta seis veces más contaminado que lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Rodrigo Gibilisco, Investigador del CONICET y codirector del Laboratorio de Estudios Atmosféricos, le explicó a Franco Carletto que el programa Breath To Change de monitoreo de calidad del aire de Tucumán se llevó adelante gracias al apoyo de la Fundación Alexander Humboldt de Alemania, que “tuvo por objeto combinar diferentes actores en una problemática local: la calidad del aire que estamos respirando todos“.
María Marta Sáez, licenciada en biotecnología, estudiante de la maestría en gestión ambiental y responsable de este estudio sobre calidad del aire precisó que el mismo se realizó de forma articulada con la Facultad de Medicina de la UNT, y que en el mismo el propósito era “poder otorgar datos y evaluar qué incidencia tenía en las enfermedades respiratorias y oculares en los niños de 7-11 años en la provincia“.
Para ello, “se instalaron 12 módulos en distintas localidades de la capital y el interior y Medicina se encargó, a través de un sistema de encuestas que tiene un nomenclador internacional, constatar cómo era el paso del tiempo con este tipo de patologías en relación a los niños entrevistados“.
“Posteriormente, se cruzaron los datos que obtuvimos y se marcó un importante aumento de las patologías respiratorias y oculares: efectivamente el aumento del incremento de material particulado, que se da coincidente con la época de la actividad industrial muy vinculada con la industria azucarera aumenta la patología en los niños de la provincia“, alertó.
La especialista indicó que en el estudio “medimos material particulado, una fracción de diferentes tamaños; el estudio estuvo centrado en la fracción más fina, material particulado de pm 2.5“, y aunque aclaró que “no existe una normativa que indique cual es el valor máximo” si hay “recomendaciones de OMS que va recomendando valores considerados óptimos que implican muchos parámetros“.
“Dentro del equipo ya teníamos de forma concluyente que Tucumán, en la época seca donde comienza la zafra, superaba esos valores. Con este estudio comprobamos que los supera hasta seis veces más que lo recomendado“, sentenció.
En ese marco, reveló que “tenemos localidades donde los valores superan los 27 microgramos por metro cúbico, que es muy elevado”, y de eso se desprende que allí “tenemos hasta seis veces valores recomendados por OMS“.
Luego, subrayó que la contaminación en el aire “no se trata de tierra”, sino que producto de la actividad industrial: “Venimos trabajando en el tipo de matriz que tiene este material particulado: hay una parte del equipo de investigación que está estudiando eso a través de microscopía electrónica. Podemos dejar en claro que no se trata de tierra, sino de la cantidad de contaminante de material particulado que surge a partir de la combustión de materia orgánica, mucho vinculado al transporte, materia fósil”.
“No viene de la tierra que tiene Tucumán. El mayor pico de contaminación es coincidente con la época seca. Geográficamente Tucumán tiene una barrera montañosa: las particulas que se depositan en la atmosfera chocan con esa barrera montañosa que impide que se sigan dispersando, quizás atravesando otras provincias”, remarcó.
Sáez especificó que “la época seca donde no llueve coincide con otoño invierno, que es la época de mayor producción fabril”, y observó que “entre los síntomas que se analizaba era la dificultad para respirar, tos seca en lo respiratorio”, mientras que “en la parte ocular ardor y picazón”.
“En momentos que detectamos aumento significativo de la concentración de material particulado cuando se realizan encuestas, siete días después los casos incrementaban”, graficó.
A su turno, Gibilisco planteó que “todo lo que se queme en la atmosfera genera una gran cantidad de gas que impactan a nivel local en la salud de la gente y a nivel global por el cambio climático”, y recordó el reciente estudio de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán que arrojó que “más del40% de la producción de gases de efecto invernadero en el municipio son por el transporte”.
“Esa cantidad de gases son contaminantes para el aire que se respira: impacta por partida doble”, enfatizó.
En ese marco, manifestó: “Nuestro estudio, que ya concluyó la primera fase, que es determinar qué tan contaminado está el aire de Tucumán durante todo el año, un ciclo completo. Estacionalmente hay diferencias marcadas: cuando hay menos lluvias aumenta considerablemente la concentración so da lugar a enfermedades respiratorias. No encontramos algo nuevo, localizamos la medida en un lugar donde nunca se hizo antes”.
“Hoy con información científica podemos decir que existe un problema de contaminación del aire en nuestra provincia. Tiene que ser subsanado. Es contaminación generada por el hombre, por la combustión, y puede ser disminuida”, remató.
Finalmente, los investigadores celebraron que gracias a un programa de financiamiento de la Universidad de Chicago se podrá extender la red y evaluar la calidad del aire en 10 provincias del Norte del país.