El aumento del precio del combustible echa, justamente, nafta a la inflación. Y es que este Gobierno nacional y popular hipócrita, que se jactaba de ser igualitario no hace más que ajustar a la sociedad argentina luego del año en el que su ineficiencia hizo que se perdieran miles de puestos de trabajo. Para colmo, de aquí en más se vendrán una serie de aumentos de todo tipo, incluidos los alimentos, debido a la suba del combustible.
Además, la misma agrega, entre el efecto directo e indirecto, al menos entre 3 y 5 puntos al índice de inflación que en los dos primeros meses acumula una suba del 7,8% y el 40,7% interanual. Y es que el combustible impacta en el índice de inflación de varias maneras. Por un lado, por la incidencia directa que tiene sobre el gasto de las personas que tienen auto y que deberán pagar más caro la recarga habitual.
Pero, por el otro lado, también sobre los costos de una diversidad de materias primas, insumos y bienes finales que se trasladan en fletes y camiones a lo largo y ancho del país. Y presiona para un ajuste mayor en las tarifas del transporte público de pasajeros con su incidencia directa sobre la población en su conjunto. Cabe recordar que el rubro “combustibles y lubricantes para vehículos de uso del hogar” pesa entre el 3,78 y los 5,63 puntos en el índice de precios del Indec.
En promedio, los combustibles tienen una ponderación cercana al 4,5% en el índice de precios por lo que el efecto final de una suba del 18% en el precio de la nafta sumaria cerca de 1 punto porcentual a la inflación entre marzo y mayo. El impacto final de la suba de naftas en los precios dependerá de la capacidad de trasladar precios de los sectores que más usan combustibles como el transporte de cargas por camión y de pasajeros, remises y micros de larga distancia.
Esto puede afectar precios de alimentos y otros productos que dependen de las cadenas de distribución para llegar al consumidor final. Esto significa, que lo que viene a consecuencia es una suba del valor de los productos que se venden en los supermercados. La suba del precio de los combustibles se da, además, en un contexto en que desde noviembre la inflación viene marcando una importante aceleración que abarca a todos los bienes y servicios.
Y esto genera mayores expectativas inflacionarias. Además, marzo debutó con aumentos en varios rubros que tienen precios regulados por el Estado, como prepagas, colegios privados, peajes, subte, taxi, mientras los precios de los alimentos no dan tregua, lo que asegura que la inflación de este mes supere a la de febrero. De esta manera, el kirchnerismo ha sumido a la sociedad en un círculo vicioso del cual es imposible salir.
A su vez, el incremento de los precios de los combustibles aleja cada vez más la posibilidad de que el Gobierno cumpla su pauta inflacionaria de este año. Con el 7,8% en enero-febrero, más un 4% en marzo, en los próximos 9 meses y con la “carga” de los futuros aumentos de los combustibles, los precios deberían aumentar por debajo del 1,5% mensual para alcanzar la meta oficial del 29% que figura en el Presupuesto 2021. Otro fracaso económico del kirchnerismo.