El Banco Central (BCRA) volvió a sorprender hoy al mercado al reducir por tercera vez en el último mes la tasa de interés de referencia, de 60% a 50% nominal anual (TNA). De esta forma, la tasa efectiva anual (TEA) quedó en 64,82% y la mensual (TEM), en 4,17% (5% antes), muy por debajo de la inflación mensual esperada por el mercado, en torno al 9%.
Esta dinámica confirma que el objetivo del Gobierno es reducir lo más rápido posible la cantidad de dinero en circulación para asumir menos riesgos al momento de sacar el cepo cambiario. En otras palabras, si hay menos pesos en la calle, habrá menos demanda de dólares ante una eventual quita de controles cambiarios.
“La decisión del BCRA se toma en consideración del contexto financiero y de liquidez y se fundamenta en el rápido ajuste de expectativas de inflación, en el afianzamiento del ancla fiscal, y en el impacto monetario contractivo derivado de la estacionalidad en los pagos externos del Tesoro del trimestre en curso”, dijo la propia entidad a través de un comunicado.
En los últimos 50 días, el Banco Central aplicó cuatro recortes de la tasa, de 100% anual a 80%, en marzo pasado; luego, de 80% a 70%, hace 21 días, y de 70% a 60%, la semana pasada.
Si se tiene en cuenta que también eliminó la tasa mínima obligatoria que los bancos debían ofrecer a los depositantes por los plazos fijos, cuando estaba en 110%, la tasa mensual cayó en los últimos dos meses de 9,04% a 4,17% mensual.
Esta tasa de interés se encuentra por encima de la devaluación fijada por la autoridad monetaria sobre el tipo de cambio oficial, que es del 2% mensual, pero se mantiene por debajo de la inflación pasada (11% en marzo) y esperada (9% en abril).
Sin embargo, en el Gobierno creen que la inflación bajará más rápido, a 5,8% en mayo, como mostró el vicepresidente del Banco Central, Vladimir Werning, en una presentación con inversores en Washington.
El ministro de Economía, Luis Caputo, anunció además esta semana que, para priorizar la reducción de la inflación, se postergaban los aumentos programados de las tarifas de gas y electricidad y de los boletos de colectivos, y que difería la suba del impuesto a los combustibles para moderar el incremento del valor de la nafta y el gasoil.
“Porque estamos cómodos en lo fiscal, priorizamos bajar la inflación y no cargar más con gastos de momento a la clase media”, dijo el ministro en la red social X.
En la misma red social, Caputo replicó una publicación del economista Iván Werning, hermano del vicepresidente del BCRA: “El Banco Central baja la tasa otra vez. Tiene dos lógicas. Por un lado, si baja la inflación, baja la tasa (estándar). También, la tasa era atractiva, traducida a dólares (carry trade). Por otro lado, si baja la tasa, baja la inflación porque mejora el balance del BCRA y el fiscal, y hay menos emisión”.
“Muchos claman que haya tasas reales positivas. Nada en la teoría económica dice que tiene que ser así. La Argentina y otros países tuvieron tasas negativas antes. De manual decir que hay que subir tasas para combatir inflación. Pero la situación no es de manual por dos razones. Primero, porque la tasa hoy paga un pasivo enorme del Banco Central y del Tesoro, que tiene efectos importantes en lo fiscal. La raíz de la inflación es fiscal. Por otro lado, bajar la inflación es difícil sin recesión. Si sube la tasa, hay más recesión, pero ya tenemos mucha recesión en parte por el ajuste fiscal”, agregó Werning.
Reacciones en el mercado financiero
En el mercado financiero observan que la nueva baja de tasas de interés muestra que el Gobierno no tiene apuro por salir del cepo cambiario, ya que no aspira a tener tasas reales positivas (que estén por arriba de la inflación). Por ahora, el objetivo de corto plazo es seguir reduciendo la cantidad de pesos en circulación en la economía.
“El Banco Central tiene esta estrategia de anticiparse a la inflación con la baja de tasas, de manera de sostener la tasa de política monetaria y todas las que arbitran contra ella en terreno negativo para continuar el proceso de licuación, sobre todo en los agregados monetarios, o sea, en términos reales. Mientras haya cepo, lo pueden hacer. El tema es cuando se quite, porque no pueden tener tasa negativa”, dijo el economista Gabriel Caamaño, director de la consultora Ledesma.
“No se ve que el Central esté trabajando en un proceso de normalización de la tasa, que la real vaya a ser levemente positiva, con lo cual parecería que falta todavía para la salida del cepo. Después capaz llegan US$15.000 millones y no se necesita tanto la tasa y pueden salir del cepo igual, pero si eso no ocurre, parecería que falta para salir del cepo”, agregó.
En la consultora Equilibra dijeron que con esta nueva baja de tasas, el Gobierno proyecta una reducción fuerte de la inflación en abril. “Nosotros estimamos que va a rondar el 8% u 8,5%. El plan del Banco Central es ir acercando toda la nominalidad al crawling peg del tipo de cambio oficial lo más rápido que se pueda. Lo que se ve con las postergaciones en subas de servicios regulados es que la apuesta del Gobierno es llevar tanto los precios como las tasas a un ritmo más cercano al 2% mensual, para poder después empezar a mover el crawling peg como sea necesario para evitar que se siga apreciando en términos reales”, dijo la economista Lorena Giorgio.
“La devaluación de diciembre fue más alta de lo que se preveía, porque justamente lo que se buscó es tener más tiempo para lograr llevar la inflación a niveles de al menos 5% mensual. En tanto los exportadores sigan respondiendo y el Banco Central pueda seguir comprando reservas con este tipo de cambio real, creo que la estrategia apunta a que todas las variables nominales de la economía puedan converger en un nivel mensual por debajo del 5%. Esto también da la pauta que en el corto plazo no está en los planes levantar el cepo o flexibilizar restricciones ampliamente”, agregó.
Fernando Baer, economista de la consultora Quantum, coincidió en que, como la inflación está bajando más rápido de lo que se esperaba, el Banco Central aceleró el proceso de normalización de su balance. “Además, se sienten cómodos con el flujo de oferta y demanda de dólares, entendido como la posibilidad de sostener el ritmo de depreciación del oficial y seguir acumulando reservas. Al mismo tiempo, el ajuste fiscal y monetario en estos términos no generará un rebalanceo de portafolios antes la baja de tasas. Creo que la apertura del cepo está más cerca que tarde, porque aceleraron la licuación. Levantarlo sería una señal fuerte para intentar potenciar la recuperación”, dijo.
Por su parte, Jorge Neyro, dijo que la baja de tasas era “una decisión que se veía y está motivada en parte por los buenos números de inflación que se están dando”. En ese sentido, agregó: “El Gobierno está ayudando con la suspensión de algunos aumentos de precios regulados. Esto probablemente tenga varias consecuencias, como puede ser que suban un poquito los dólares financieros. Por otro lado, ayuda a una baja del déficit cuasi fiscal futuro, porque baja la emisión de pesos por intereses que va a pagar el Banco Central, y mantiene las tasas de interés negativas, con lo cual impulsa el crédito, pero perjudica a los depositantes. El crédito debería repuntar en el corto plazo, probablemente primero los créditos personales y luego, como estuvimos viendo, un poco más crédito a largo plazo como en los hipotecarios”.