El Banco Central (BCRA) volvió a ceder reservas por intervenciones sobre el mercado de cambios oficial hoy, en un intento por mantener el ritmo del crawling peg del 2% que definió luego de la devaluación del 13 de diciembre pasado.
Aportó US$43 millones de su muy escasa tenencia, al cabo de una rueda en la que el volumen operado creció 10,7% en relación a ayer (escaló hasta los US$350,4 millones), aunque -otra vez- por impulso de la demanda, confirmando un mercado que va mostrando un riesgoso desbalance hacia ese lado del mostrador.
La jornada dejó además una nueva baja en US$198 millones en su tenencia de reservas brutas o totales que, según datos preliminares, quedaron ahora en US$27.330 millones, su menor nivel desde el 27 de marzo último, aunque cuando ese número no contempla las ventas del día.
Eso sucede ahora que el flujo de pago de importaciones está prácticamente normalizado y cuando la pérdida de competitividad del peso (que promedio el 46% desde aquella fuerte devaluación, según los propios datos oficiales) hace que la exportación -para algunos sectores- deje de ser un negocio para transformarse en una carga, lo que lleva a algunos rubros productivos a postergar esas ventas o liquidaciones.
De hecho, por caso, esta semana algunos dirigentes del sector agrícola ya le avisaron al ministro de Economía, Luis Caputo, en ocasión de su paso por la Exposición Rural, que, con esta ecuación de costos y tipo de cambio efectivo, los productores no van a adelantar ventas, sino que van a manejarlas de acuerdo a “sus necesidades financieras”
De ese modo, vuelve la presión sobre las flácidas reservas netas o propias del BCRA (que se hundieron otra vez en terreno fuertemente negativo tras los pagos de deuda a privados y organismos de julio) y crecen las dudas sobre la capacidad de pago de Argentina, cuestión reflejada en el camino alcista que desde fin de mayo vuelve a mostrar la tasa de riesgo país (trepa otro 0,76% hoy y se acerca otra vez a los 1600 puntos básicos).
Vale recordar que ese sensible indicador sube aun cuando el Gobierno realizó importantes gestos para atenuar esos temores, anunciando, por ejemplo, el giro anticipado de fondos para enfrentar el próximo pago de intereses de la deuda con bonistas previsto para enero, o hasta dejando trascender su voluntad de tomar un repo (préstamo) de bancos internacionales para garantizar el cumplimiento de esos compromisos.
Al cabo de los último 30 días (23 ruedas de negocios) el BCRA resultó vendedor en nueve de ellas y comprador en las 14 restantes, con un saldo neto favorable US$243 millones, pero el tramo de cierre de cada mes se caracteriza por un aumento de la demanda.
Y si hasta aquí la entidad debía atender la demanda de divisas, el panorama luce más complicado ahora que también se dispuso que use parte de los recursos obtenidos en intervenciones sobre los dólares financieros para, por esta vía, tratar de controlar la brecha cambiaria y concretar una contracción monetaria adicional que “sería del orden de los $2,4 millones”, según la propia entidad blanqueó en un documento.
Si bien el Gobierno tiene previsto cerrar el actual trimestre con una pérdida de reservas por hasta US$3000 millones, en el mercado se teme que ese resultados pueda ser mayor si la oferta y demanda de divisas mantiene la tendencia actual. En especial porque en agosto y septiembre las ventas suelen aflojar.
También hubo un avance de $2 para el dólar mayorista (que cerró a $930 para la venta), confirmando que la entidad al menos busca encarecer cada pérdida de reservas, lo que hace que el tipo de cambio oficial ya acumule un avance del 1,975% en el mes.
Eso pese a que apenas haya sumado una suba de “$2,50 en lo que va de la semana a falta de una rueda para terminarla, contra los $6 de corrección final de la semana anterior”, hizo notar el analista y operador Gustavo Quintana, de PR Cambios, y a que el lunes el propio BCRA lo bajó $1 para tratar de mantenerse dentro de esa pauta prefijada.