Se vienen días muy calurosos en Tucumán -según anuncia el Servicio Meteorológico Nacional (SMN)- y, con ellos, el aumento del consumo de energía. Para que los cortes a los que estamos acostumbrados no aumenten por esta situación resulta imperioso resolver el problema del cable roto que se encarga de contribuir en la distribución de luz en diferentes zonas de la provincia y que causó varios cortes las últimas semanas del año pasado y amenaza con lo mismo este comienzo de año.
En este sentido, el jefe de Operación de Transnoa, Máximo Forns, dijo que el 14 de enero ya estaría solucionado. Sin embargo, existe la posibilidad de que el problema esté resuelto antes del tiempo estipulado y el lunes, o martes de la semana que viene, el cable esté en normal funcionamiento.
“Son dos empalmes los que se tienen que hacer porque el cable se rompió en medio de la calle, entonces hay que hacer empalmes a los costados para no dañar la calle”, explica, con tonada porteña, Marcelo De Serio , operario de la empresa Laof -encargada de la instalación de accesorios empalmes (normales, cierre, transición) para cables de hasta 132 kilovoltios, características que cumple el cable a reparar de Transnoa-. De Serio es de Buenos Aires pero llegó el lunes pasado a Tucumán junto con todo su equipo para continuar la reparación.
“Ya se hizo un empalme. Hoy (por ayer) se lo terminó. Y, si va todo bien, este fin de semana terminaríamos el otro. Entonces el lunes o martes ya estaría el cable listo”, indica, optimista, mientras termina su almuerzo antes de continuar con el trabajo.
El desperfecto se produjo en la esquina de las calles Buenos Aires y Américo Vespucio cuando la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) trabajaba en una reparación, pero un “error de cálculo en la excavación” terminó por romper el cable que utiliza Transnoa para transportar energía eléctrica.
Sobre la calle Buenos Aires, se están realizando los empalmes necesarios. Para ello se instalaron dos habitáculos, uno en cada empalme, donde trabajan los operarios especializados tres metros bajos tierra. El cable corre de manera subterránea y es de grandes dimensiones. Está compuesto por más de una treintena de cables de aluminio que funcionan como conductores de electricidad, rodeados por una cubierta de plástico negro que los protege.
“Es prácticamente como que se monte un laboratorio para hacer esa tarea”, había advertido días atrás Forns para simbolizar la dimensión de la obra que se debe realizar.
Reclamos
En el barrio Judicial y su ampliación, el barrio Egeo, sufren la imposibilidad de transitar la calle Américo Vespucio hace varios meses. Ahora, rodeada por excavaciones que procuran reparar el cable averiado que dejaron otras excavaciones realizadas semanas atrás. Mientras, una cuadra más al oeste también está prohibido el paso para vehículos por la repavimentación de unas cuadras.
“Nos afecta muchísimo la situación. Esto hará como cinco o seis meses que está así”, dice Claudia Gómez, y cuenta que los servicios de agua y luz en su casa funcionaron de manera deficiente en las últimas semanas.
“Agua tuvimos muy poca. Hace años tuvimos que poner una bomba para que cargue el tanque de arriba porque sino no llegaba. De la luz tuvimos problemas para las fiestas, tuve que hablar dos veces a EDET porque había baja de tensión y tenía que desenchufar todo para que no se rompa. Y llamaba para que quede constancia de que había hecho el reclamo”, afirma la mujer, que vive con su marido y sus tres hijos en el barrio Egeo, a una cuadra del lugar donde se rompió el cable de Transnoa.
Para María Brito, dueña de kiosco del barrio en la Vespucio, la situación no es tan catastrófica. Brito no tuvo problemas con la luz y con el agua sólo una rebaja en la presión.
“En realidad nos afecta, pero todo trabajo lleva su tiempo. Y un trabajo así puede tener contratiempos. Al abrir la calle nos dijeron que se ha tocado un cable y por eso demora todo esto”, señala la mujer, que atiende su negocio mientras se seca el pelo con una toalla en la cabeza y una musculosa gris.
“En un principio el trabajo en sí era abrir y cambiar los caños de las cloacas, que es para beneficio de todos. Y, de paso, el barrio judicial no se iba a inundar de la manera que se inundaba”, destaca. “Todo lleva su tiempo y hay que tener paciencia”, concluye Brito.
El problema no termina
Se necesitan obras de infraestructura
Arreglar el cable subterráneo podría mejorar los grandes problemas de abastecimiento de energía eléctrica que se vivieron durante diciembre. La reparación, sin embargo, no es suficiente para acabar con la problemática de los cortes de luz en verano. Para eso, explicó Máximo Forns, hacen falta obras de infraestructura. “El problema se debe, en gran parte, por la falta de infraestructura de transporte eléctrico”, dijo. Y aclaró: “el usuario de la red de transporte (que en el caso de Tucumán es EDET) es el que tiene que hacer las inversiones”.