A una semana de su muerte, la familia de Nicolás Vera, el joven de 22 años que hace tres semanas quedó atrapado en una alcantarilla y que 15 días después murió atropellado, lo recuerda entre una canción de “La Mona Jiménez “y fotografías pegadas en la pared del comedor. La despedida estuvo inundada de aplausos y baile, “tal como a él le gustaba”. “Nico era el más consentido de la familia. Lamentablemente hace un par de años cayó en la droga y no lo pudimos sacar. Hasta quisimos encadenarlo”, relató Fabiana Pérez, una de las primas, que convivía con él desde hace más de 10 años.
La familia Vera Pérez reside en el barrio San Cayetano. El pasado 23 de agosto, Nicolás fue atropellado por un camión a metros de su vivienda, en la plazoleta Dorrego, y murió camino al hospital. Según opinó su familia, se trató de un accidente y descartan que se haya tratado de algún hecho de venganza o ataque de cualquier tipo. “No tenemos idea de qué puede haber pasado. Sabemos que fue un accidente; no queremos estar en contra de nadie ni sospechamos de nadie, simplemente queremos que se investigue la causa. Queremos saber qué pasó”, dijo Fabiana.
A los tres meses de haber nacido, Nicolás fue llevado a la casa de su abuela materna, Emilia González quien se encargó de criarlo. Ella, 10 minutos antes de que lo atropellaran, lo había cruzado en la esquina e intercambiaron palabras. “Recuerdo que eran como las 20, y yo volvía para la casa. Vi que estaba hablando con sus amigos y le ordené que viniera, porque si no saldría a buscarlo. Él vivía perdido en la droga y me dolía muchísimo verlo así. A cada rato lo tenía que traer de donde sea, incluso salía con un palo o una varilla. Como sea quería que él saliera de ese horrible camino”, dijo.
EL FALLECIDO. Nicolás tenía 22 años y era padre de dos niños.
Un vecino le contó a la mujer que lo habían atropellado. “Salí a la esquina y lo vi tirado. ¡Dios mío! No le deseo a nadie que pase por lo que pasé. Fue horrible verlo a mi hijito así. Yo sabía que en algún momento él podía morir debido a su adicción, pero no nos imaginamos que en un accidente”, agregó la señora.
De jueves a lunes
Nicolás era padre de una bebita de un año y de un niño de cuatro. Según dijo la abuela, el chico estaba en pareja con la madre de sus hijos. “Solamente cuando él estaba perdido en la droga, no entraba a la casa de ella porque no le gustaba que se pusiera en ese estado, pero se llevaban bien y se ocupaba de sus hijos”, dijo.
Vanesa Pérez, otra de las primas de Vera, llevaba impreso en su piel su nombre, como recuerdo. “Hace un par de días me hice el tatuaje. Era como mi hermano, nos criamos juntos. Vivíamos pegados, nacimos con tres meses de diferencia”, relató.
“Mi abuela siempre hizo todo por él, pasó por la escuela Alberdi y luego por la Técnica 2. Realizó sus viajes de estudio a pesar de que jamás nos sobró la plata y siempre fue algo costoso. Le faltaba poco para recibirse del colegio”, se lamentó.
La prima dijo que el barrio está plagado de negocios en donde venden droga y que su primo quedó inmerso en ese mundo sin salida. “Además él siempre sintió el abandono de su madre. Era muy chiquito, por eso mi abuela se hizo cargo de él”, dijo.
En estos últimos dos años en los que Nicolás consumió drogas, pasó por varias etapas en las que su familia debía salir a buscarlo tanto en barrios tucumanos como en provincias vecinas para encontrarlo y traerlo de regreso. Sin embargo, su abuela Emilia remarcó que jamás Nicolás les sustrajo cosas de su vivienda para venderlas o cambiarlas por estupefacientes. “Nunca nos faltó nada e incluso le dejábamos cosas a cargo y él las hacía. Cuidó a mis hijos y siempre tuve fe ciega en él. Sí puedo decir que arrebataba celulares para comprar su droga pero a nosotros nunca nos robó nada”, dijo Fabiana.
Según contaron, entre los jueves y los lunes, Nicolás estaba perdido en algún barrio consumido por las drogas. “No saben cuánto luché con este chico, lo traje de muchos lugares. Ya no sabía qué hacer. La droga lo mató”, expresó la abuela. Con respecto a la policía, la familia dijo que los abandonaron. “Nunca vinieron y siempre que se los llama, te dicen que vendrán pero eso es mentira. Llamar al 911 es como si estuvieras hablándole a un perro”, agregó.
Insólito incidente
El 11 de agosto, Nicolás protagonizó un insólito episodio. Fue rescatado por los bomberos después de haber quedado atrapado en las alcantarillas de El Bajo. La abuela del joven dijo que ese día, su nieto estaba drogado y que tenía alucinaciones.
“Se dicen muchas cosas pero Nico ese día estaba perdido por la droga que consumía. La gente comenta y prejuzga porque el aire es gratis, lamentablemente, siempre hablará”, explicó Fabiana.
“Queremos es que se haga justicia por su muerte y que sepan que Nicolás no era un ladrón ni una mala persona. Siempre que robaban en el barrio venían a nuestra casa a buscarlo a él, pero más que nada es por la fama que le habían adjudicado. Él era un excelente chico”, añadió.
“Dios se lo llevó para que dejara de sufrir”, finalizó su abuela.