En un escenario parlamentario incierto de cara al período de sesiones ordinarias a partir de marzo, en la previa el Gobierno dejó trascender que prepara un proyecto de ley con los puntos centrales de la reforma laboral contenida en el mega DNU y frenada por la Justicia. En el caso de confirmarse su envío al Congreso los referentes de Unión por la Patria no descartan dar el debate, luego de que Cristina Kirchner en su carta incluyera ese tema entre los que el peronismo debía abrirse a discutir.
“Discutir no significa aprobar”, aclaró una espada parlamentaria de Unión por la Patria, cuyos referentes coincidieron en no adelantar una posición hasta no conocer el texto de la propuesta. Aun así, mostraron una posición distinta al proyecto de ley ómnibus, trunco en la votación de los artículos en particular y rechazado por la totalidad del bloque desde el inicio del tratamiento.
En el documento de 33 páginas, Cristina Kirchner apuntó contra las medidas y el modelo encarnado por Javier Milei, en especial contra Luis Caputo y Federico Sturzenegger, por el ajuste, el plan de dolarización, lo que llamó el “reendeudamiento” iniciado en la gestión de Mauricio Macri y la extranjerización de la tierra y los recursos naturales, a la vez que aludió a la “necesidad de una revisión” de algunas posiciones de su espacio.
Entre los ejes mencionó la discusión sobre la “eficiencia del Estado”, un esquema tributario simplificado, el sistema de salud y la educación pública, la integración del capital privado y las provincias en las empresas del Estado, un régimen de incentivo a las inversiones con valor agregado y abandonar el “consignismo” en materia de seguridad.
También planteó que “resulta ineludible discutir seriamente un plan de actualización laboral” para las nuevas formas de relaciones laborales y los convenios colectivos de trabajo. “Los derechos acarrean obligaciones que deben cumplirse. De lo contrario, el ejercicio de un derecho sin el cumplimiento de sus obligaciones correlativas no es más ni menos que un privilegio”, consideró la ex presidenta.
En esa línea, en términos conceptuales, desde el kirchnerismo se mostraron dispuestos a “discutir todo” salvo tres cuestiones que Cristina resaltó en la parte final de la carta: la toma de deuda sin autorización del Congreso, la dolarización y los decretos que impliquen reformas de la Constitución, de acuerdo con la enumeración de un referente parlamentario de Unión por la Patria. De cualquier modo, los legisladores esperarán a analizar el contenido de la reforma en el caso de que se concrete el envío del proyecto del Ejecutivo al Congreso.