Durante más de tres años, Claudio Ávalos vivió a plena vista en Famaillá como si nada: conducía camionetas, saludaba vecinos y circulaba por el centro con total normalidad. Lo que nadie sabía es que sobre él pesaba un pedido de captura internacional, tras haberse fugado de la justicia boliviana, donde enfrentaba cargos por secuestro y tentativa de homicidio en un caso vinculado al narcotráfico.
En julio de 2022, la Policía de Tucumán logró identificarlo y detenerlo gracias a tareas de inteligencia realizadas por la ex Brigada de Investigaciones. Sin embargo, y pese a la gravedad de las acusaciones, no pudieron retenerlo.
Las autoridades federales y provinciales solicitaron documentación a Bolivia para sustentar la extradición, pero al no recibir respuesta en 48 horas, Ávalos fue liberado por un tecnicismo legal. Caminó fuera de la comisaría y se subió a una camioneta. Desde entonces, no volvió a saberse de él.
El historial de Ávalos incluye una escapatoria digna de película. En noviembre de 2021, fue detenido en Bolivia junto a otros dos argentinos y un boliviano, acusados de capturar a un hombre con la intención de asesinarlo. Pese a la gravedad del caso, en enero de 2022 la justicia boliviana les otorgó arresto domiciliario, a pesar de que los imputados no tenían residencia en el país.
Los acusados alquilaron una casa y, por su “buena conducta”, comenzaron a recibir beneficios, entre ellos visitas íntimas desde febrero. La vigilancia policial era constante, pero en marzo, durante una de estas visitas, el guardia se distrajo y los cuatro hombres huyeron en un vehículo que los llevó de vuelta a Argentina cruzando la frontera en pocas horas.
Claudio Ávalos había logrado camuflarse a la perfección en Famaillá. Los investigadores aseguran que fue parte de una empresa constructora y que realizó obras públicas en distintos municipios. También habría tenido vínculos con una empresa de transporte de carga, aunque oficialmente fue dado de baja por la AFIP en 2016. “Era muy conocido en nuestra ciudad, pero nadie sospechaba que estaba metido con la droga”, aseguró un vecino, Julio Arancibia.
Para la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de Bolivia, Ávalos es considerado un narco de peso, habituado a operar en la zona de Bermejo, un paso fronterizo extremadamente vulnerable. “Su fuga fue un golpe muy fuerte para nuestra fuerza y desató una enorme polémica”, señaló el teniente Andrés Ortiz Bernal.
Actualmente, las versiones más fuertes indican que podría ocultarse en el norte salteño, aunque también se cree que se mueve entre Catamarca, Santiago del Estero y Tucumán, visitando a familiares esporádicamente. En los registros policiales y judiciales sigue siendo un prófugo internacional.