Esta vez, a diferencia del debate por el presupuesto del año pasado, no intervino Máximo Kirchner con un discurso desafiante para disimular las fracturas internas en Juntos por el Cambio. Después de una maratónica sesión en la Cámara de Diputados, las distintas tribus que conviven en el nutrido interbloque de la principal coalición opositora exhibieron sus diferencias a la hora de votar el proyecto elaborado por el ministro de Economía, Sergio Massa, que obtuvo la media sanción con el apoyo de un sector de Juntos por el Cambio. El recinto se convirtió en un nuevo escenario de las fricciones que atraviesan a la coalición que integran el Pro, la UCR, la Coalición Cívica y los liberales de Republicanos Unidos, entre otros.
La mayoría de las bancadas de la fuerza definieron sus posturas a medida que avanzaba la sesión. Hubo discusiones y ruidos internos en las distintas terminales del macrismo y radicalismo. En la votación en general de la denominada ley de leyes, la UCR, que conduce Mario Negri; Evolución Radical, liderada por Rodrigo de Loredo y Emiliano Yacobitti, alfiles de Martín Lousteau; y Encuentro Federal, de Margarita Stolbizer y Emilio Monzó, acompañaron la iniciativa del Ejecutivo Nacional que fija las proyecciones económicas para el año próximo. En cambio, como había ocurrido en el momento de bajar al recinto para dar el quorum, otro grupo de Juntos por el Cambio adoptó una postura menos concesiva con el oficialismo. Tal como había adelantado hace días, la fuerza de Elisa Carrió rechazó el presupuesto diseñado por Massa con duras críticas al titular del Palacio de Hacienda. Lo propio hizo Ricardo López Murphy (Republicanos Unidos), quien calificó de “impresentable” el proyecto del Gobierno: “Proponen seguir vaciando los bolsillos de los trabajadores para financiar su fiesta de privilegios y populismo”, dijo López Murphy. Graciela Ocaña también votó en contra.
Pese a que hubo un debate interno –los “halcones”, algunos moderados y otros integrantes del heterogéneo espacio empujaban para votar en contra–, el jefe de la bancada de Pro, Cristian Ritondo, logró unificar posiciones en torno a la abstención. Había consensuado la táctica con Mauricio Macri –monitoreó el debate desde Estados Unidos–, Patricia Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal.
“La decisión fue balancear el voto en contra de la CC y a favor de la UCR”, dijeron fuentes del partido fundado por Macri.
El bloque macrista no dio quorum, a diferencia de algunos radicales y los representantes del sector de Lousteau, quienes argumentaban que no se podía dejar al Gobierno sin presupuesto por segundo año consecutivo –Juntos por el Cambio votó en contra en 2022 después de un discurso incendiario de Máximo Kirchner contra la oposición–, sobre todo, teniendo en cuenta que la administración de Alberto Fernández podría reasignar las partidas a su total discreción en un año electoral.
En el cónclave del domingo que se realizó por Zoom, Pro –que había amagado con acompañar– adelantó que adoptaría una postura más intransigente en rechazo de las modificaciones que introdujo Massa en el dictamen, como la que obligaba al Poder Judicial a pagar el impuesto a las ganancias y el beneficio del mismo tributo para el gremio de Camioneros o la autorización al Poder Ejecutivo para disponer modificaciones a las retenciones a las exportaciones agropecuarias, y que se abstendría. La misma posición fijaron Claudio Poggi (Avanzar San Luis), Susana Laciar (Producción y Trabajo) y Humberto Orrego (Producción y Trabajo).
El “sí positivo” de Cobos
Poco antes de que se votara en el recinto, los treinta y tres integrantes de la bancada radical, que lidera Negri y que tiene representantes de los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy) y Gustavo Valdés (Corrientes), se encerraron en el despacho de Miguel Ángel Bazze (Buenos Aires) para debatir si se abstendría o se inclinarían a favor. En el espacio tenían claro que no rechazarían la iniciativa. De inmediato, la mayoría de los diputados de la UCR que estaban expusieron sus argumentos. Y uno de los legisladores presentes comenzó a tomar nota de los votos y los fundamentos. Otros prefirieron no fijar una posición.
Cuando llegó el turno de Julio Cobos (Mendoza) la cuenta estaba empatada: 13 a 13. Las paradojas de la historia lo ponían de nuevo frente a un dilema similar al que sorteó la madrugada 17 de julio de 2008, cuando desempató la votación en el Senado por las retenciones al campo con una decisión y una frase que marcaron su trayectoria política: el “no positivo”. Entre los radicales que se encerraron en el despacho de Bazze no pasaron el dato por alto: “Otra vez le tocó a Julio desempatar”, bromearon.
Pero esta vez el mendocino cambió el sentido de su voto: dio sus fundamentos y se manifestó a favor de acompañar el presupuesto de Massa. Con el “sí positivo” de Cobos, la UCR cerró filas y bajó al recinto para votar. “No hubo ninguna votación, sino discusiones”, relativizan cerca de Negri.
Un dato que no pasó por alto entre referentes parlamentarios de Juntos por el Cambio: ni Negri ni Ritondo, presidentes de los bloques de la UCR y Pro, respectivamente, hablaron en el cierre del debate. Una señal de los ruidos internos.
A sabiendas de que era muy engorroso unificar posturas unificar posturas en la votación en general –desde que Evolución Radical anunció que acompañaría había profundas diferencias–, Juntos por el Cambio se había puesto como meta abroquelarse en el momento de votar en particular, sobre todo, para rechazar los artículos más polémicos: el que proponía gravar con el impuesto a las ganancias al Poder Judicial; el que permitía al Gobierno manejar las alícuotas de las retenciones al campo; el que proponía gravar con una nueva tasa los vuelos nacionales e internacionales; y el que otorgaba beneficios impositivos en el impuesto a las ganancias a un sector del gremio camionero.
Stolbizer y Santos, en la mira
Juntos por el Cambio votó de manera conjunta y volteó la chance de que el oficialismo impusiera el pago de Ganancias a los jueces y frenó una nueva embestida contra el campo. Sin embargo, no pudo frenar el beneficio para el sindicato de los Moyano ni la creación de la nueva tasa para la Policía de Seguridad Aeroportuaria. Si bien la coalición opositora lanzó una fuerte ofensiva pública para recriminarle a Javier Milei (La Libertad Avanza) y sus socios que abandonaron el recinto antes de esas votaciones –su apoyo hubiera sido clave–, en el interbloque de Juntos por el Cambio hay malestar y sorpresa por la actitud de Stolbizer, quien se fue de la Cámara baja tras votar en general a favor del presupuesto.
La líder de GEN, que se incorporó el año pasado a Juntos por el Cambio para acompañar a Facundo Manes en Buenos Aires y tiene una alianza con Larreta en la Ciudad, había llegado hace pocas horas al país desde Ámsterdam, donde hizo una escala tras su participación en “un Congreso de parlamentarios del mundo” que se realizó en Ruanda. “Se fue 5.30 de la madrugada. Estaba descompuesta de frío y sueño. Llevaba 48 horas sin dormir”, dijeron sus voceros.
Varios integrantes de Juntos por el Cambio no sabían que se iría del recinto. En Pro, la UCR y la CC le dedicaron varios reproches. Sospechan de su vínculo con Massa, con quien estuvo aliada hasta 2019. En el entorno de Stolbizer rechazan esas versiones: afirman que no hubo ningún acuerdo con el tigrense y atribuyen los ataques a la interna de Juntos por el Cambio. “Nos dijo que estaba muy cansada”, susurró uno de sus aliados en el interbloque.
Uno de los más enojados fue López Murphy. “Los diputados tenemos un único y fundamental trabajo: representar a quienes nos votaron. Ayer era prioridad impedir el quorum y el ‘plan B’, quedarse toda la noche en la banca. Es una vergüenza que la oposición por acción u omisión sea cómplice del kirchnerismo”, bramó.
En Juntos por el Cambio también mascullan bronca con Gustavo Santos (Pro), uno de los dirigentes más cercanos a Macri en Córdoba. El exministro de Turismo de Cambiemos tampoco estuvo para la votación clave que proponía gravar con una “Tasa de Seguridad de la Aviación” los vuelos nacionales e internacionales. Santos, que ocupa un cargo como director regional para las Américas de la Organización Mundial del Turismo, llegó tarde al recinto cuando ya se habían votado esos artículos. Es que se encontraba en el exterior. Y ante sus pares argumentó que no pudo cambiar los pasajes para llegar a tiempo. Había calculado que la sesión sería hoy.
“Tuve una misión en Panamá. Había organizado todo para la reunión que era hoy. El cambio fue hace pocos días. Tuve que reorganizar mi regreso. Una demora en la conexión me hizo llegar después de esa votación.
En su bloque le pasaron factura: “Es un irresponsable”, dijo uno de los alfiles de Pro. Pese al altercado, Bullrich se mostró conforme durante las últimas horas con la performance del bloque. Hubo ruidos por el nuevo blanqueo.
En la CC, la fuerza de Carrió, estaban satisfechos con su actuación: no solo lograron unificar posturas, sino que se dividieron los temas en tratamiento y mantuvieron la estrategia acordada. “La CC fue clara desde un principio. Votamos no en general y en particular, salvo en el último que agregaron de educación porque era un aumento a la inversión”, dijeron desde el partido de Carrió.
En Juntos por el Cambio ya no preocupa la falta de coordinación a la hora de votar en el Congreso. Entre los referentes de la fuerza consideran que ya es “natural” que haya divisiones.