En la Casa de Gobierno de Tucumán miran con atención al principal rival, es decir, el espacio de Juntos por el Cambio. Especulan con que el corte de boletas podría ayudar y sin empacho sugieren que otro intendente, el de la ciudad sin veredas, Yerba Buena, es el díscolo en ese equipo. Obviamente que Mariano Campero, quien ya no sonríe como antes de las PASO, asegura que trabaja y bregará por el triunfo de Juntos por el Cambio sin tijeras.
Sin embargo, el electorado de la UCR no votará al peronismo/kirchnerismo que representa el mandatario municipal de la Capital, Germán Alfaro, sino al candidato radical de la coalición que representa a la UCR: el intendente de Concepción, Roberto Sánchez. En este marco, surge la pregunta acerca a dónde irá entonces el voto de los tucumanos que se identifican con el centenario partido.
Asimismo, ni lerdo ni perezoso, a través de una “carta abierta”, el legislador provincial Ricardo Bussi invitó al candidato a diputado nacional Roberto Sánchez, a “romper su alianza antinatural con el peronista Germán Alfaro” y así deje de ser “funcional a la mafia” que llevó a la provincia al “robo, la miseria y el atraso”. En el comunicado, el líder de FR le advirtió al dirigente de la UCR que “sin advertirlo” “se está encaminando hacia una doble traición”.
En relación a esto, indicaron desde Fuerza Republicana que si el intendente capitalino resulta electo y asume a su banca en el Senado “traicionaría la buena fe del electorado de Cambiemos”, puesto que le dejaría la intendencia al concejal Fernando Juri. Finalmente, sostienen que en caso de quedarse en la intendencia asumiría su esposa, “la peronista Beatriz Ávila, quien ya traicionó a Cambiemos”.
De más está decir que Ricardo Bussi no se preocupa por el destino político del intendente de Concepción, ya que sólo apunta a sacar una tajada de los votos radicales que apoyarán a Roberto Sánchez, pero que no votarán de ninguna manera al candidato peronista/kirchnerista Germán Alfaro. De todos modos, la traición es un hecho que caracteriza al alfarismo y que tuvo una clara muestra el mes pasado.
Y es que una disputa comarcana se transformó en el botón de muestra de los desacuerdos. En el Concejo Deliberante de Concepción fracasaron cinco intentos para renovar las autoridades del cuerpo, es decir, para definir cómo quedará integrada la sucesión de Roberto Sánchez. ¿Quiénes no dieron quórum? Las bancas del PJS, que responden al legislador Raúl Albarracín, y las del oficialismo provincial.
Este detalle fue el que generó desconcierto y puso a todos a hablar de la interna que a duras penas se zanjó cuando se arribó a un acuerdo. Los distintos sectores de Juntos por el Cambio reconocen que la desconfianza reina entre ellos y que no han podido conciliar tras las PASO. En el espacio que encabezan el diputado José Cano y la senadora Silvia Elías, que quedó fuera de competencia, miran de reojo lo que sucede entre el resto de los integrantes.
Sus dirigentes recuerdan que habían advertido que sucederían situaciones como la que atraviesa Concepción. Habían hecho un llamado de atención previo a las PASO a los intendentes candidatos. Les habían recomendado no dejar sus ciudades dos años antes del final de los mandatos si es que no tenían aseguradas completamente las sucesiones. Calificaron al intendente del sur como “ingenuo” en este aspecto.
La desconfianza es tal entre las facciones que disienten no sólo respecto de qué voto están tratando de captar sino en cómo fidelizar el que consideran que permanecerá en la oposición y en este punto es donde la desunión puede llegar a pasar una factura en las urnas. Esto es analizado minuciosamente por el electorado de la UCR que conoce el pasado de Germán Alfaro y de Beatriz Ávila, por lo que está claro que el radicalismo prepara las tijeras para el domingo.
