Dos de los ocho supuestos abusos atribuidos al senador José Alperovich por parte de su sobrina y ex colaboradora habrían ocurrido en el interior de automóviles. El ex gobernador dijo que esa hipótesis delictiva era sencillamente “imposible” puesto que en los vehículos siempre viajaba mucha gente, como lo acreditan las fotografías que adjuntó. “Estaba mi hija ‘Sarita’ (la hoy legisladora Sara Alperovich), que me acompañó a casi todos los actos de (la última) campaña. (…) Los autos se llenaban porque el presupuesto era limitado y no había plata para transporte”, relató Alperovich en el descargo-querella que presentó el 31 de enero en el Juzgado de Instrucción en lo Penal N°2 de esta capital. Para reforzar su versión, el senador incluso narró una disputa “bastante tonta” acaecida entre su hija y su prima en julio de 2018. “Es decir, cuando sucedían los ataques, según la denuncia”, precisó.
“Cada vez que salíamos de viaje a alguna localidad del interior para participar en un acto proselitista, organizábamos una especie de caravana con varios autos. Salían todos desde la casa de (la calle) Martín Fierro (Yerba Buena). Como dije, en el vehículo en el que iba yo casi siempre me acompañaban ‘Sarita’, (la denunciante) y otros colaboradores”, explicó el ex jefe de Estado provincial. Y añadió: “pues sucedió que un día, en julio de 2018, en mi auto ya se habían subido varias personas. (La denunciante) se había sentado en el asiento del acompañante. ‘Sarita’, que llegó tarde y estaba embarazada de seis meses, se acercó al auto y se puso al lado de la ventana del asiento en el que estaba (la denunciante) con la intención manifiesta de que ella le cediera su lugar. Ella, sin embargo, no se movió (del sitio) y ‘Sarita’ se subió a otro auto”.
“Infierno en la ruta” y “conventillo”
El senador expresó que, cuando llegaron al destino, Sara Alperovich recriminó “en bastante malos términos” la actitud a quien sigue siendo su prima lejana y en ese momento parecía “su amiga íntima”, según la definió. “La cuestionó sobre la base de que estaba embarazada, y de que era mi hija y candidata a legisladora”, especificó.
“(La denunciante) contestó a ‘Sarita’ que ella era mi secretaria e intentó justificar su desplante. Se trató de un incidente menor -del que no obstante se habló mucho entre los colaboradores por el escándalo y el conventillo que supuso, y, por ello, ella debe acordarse-”, opinó Alperovich. Y añadió: “(este episodio) evidencia en modo claro que (la denunciante) no tenía ningún problema en viajar conmigo, pese a que supuestamente vivía un infierno en la ruta. Es más, ella quería viajar en el auto con nosotros. Se subía en el auto. Nadie se lo imponía. Imagine su señoría que, si supuestamente la tocaba cada vez que estaban con ella en el auto, le habría cedido su lugar a mi hija cuando se lo pidió. Sobre esto pueden declarar varios testigos”.