Camionetas y autos en doble fila. Grupos de 30 personas en la vereda, con mesones, atareados armando paquetes y embolsando. Separando todo con etiquetas y bolsas de colores. La escena parece de un operativo de donaciones para brindar ayuda humanitaria, pero se trata de la tarea a contrarreloj de apoderados y dirigentes para poder presentar los mazos de boletas en la Junta Electoral Provincial (JEP) para las elecciones dentro de 15 días.
Los encargados partidarios explicaron a LA GACETA que la presentación de votos se volvió engorrosa por un nuevo requisito: presentar bolsas con mazos de 50 votos por cada mesa que funcione en cada escuela, y un sobre con dos votos testigos también por cada mesa.
Según el calendario electoral, el lunes se llevó adelante la oficialización de los modelos de votos para toda la provincia: 1.959 papeletas de los más de 18.000 candidatos. Los 77 partidos que participan, junto a todos los acoples, originalmente tenían tres días para imprimir las boletas y armar las bolsas con paquetes por las 3.600 mesas. Ante los reclamos, se prorrogó primero el plazo hasta ayer a las 20 y luego hasta hoy al mediodía.
“Los partidos deberán presentar bolsas con mazos de 50 votos por cada mesa que funcione en cada escuela, más un sobre con dos votos testigo por cada mesa. Asimismo, deberán presentar paquetes de hasta 50 votos por cada mesa para un bolsín de contingencia que será usado por el delegado de la JEP para proveer a cada presidente de mesa si lo necesitara”, reza el comunicado de prensa emitido, que cita una resolución 68. El organismo estableció colores por sección electoral: bolsas negras para la Capital, verdes para el Este y rojo para el Oeste.
Cada paquete con 50 votos se debía colocar en un sobre con el nombre de la mesa y de la escuela. Si un partido presenta candidatos en todos los distritos, debía preparar más de 3.600 sobres. El objetivo de cada voto testigo, es que la autoridad de mesa pueda emplearlo para compararlo con los votos en el recuento y verificar que las boletas sean las autorizados.
Quejas de apoderados
“Es una vergüenza el sistema electoral. Además de ser completamente antiecológico por la cantidad de papel que hay que destinar, es un sistema nefasto que se presta a complicaciones de tiempo, operativas y logísticas. Si no existieran los acoples esto no pasaría, si hubiera voto con boleta única electrónica esto no pasaría”, renegaba en la vereda Arturo Forenza, apoderado del PRO. El macrista tenía el número “A52”. En el frente de la sede de la JEP, en Mendoza 1.050, acababa de pasar un partido con el 37. El trámite de organización y control de los funcionarios insumía alrededor de una hora. “Por más buena voluntad que le pone el personal, el sistema es el nefasto”, dijo de brazos cruzados.
Nadima Pecci, apoderada de Fuerza Republicana y candidata a intendente de la Capital, salía de la Junta, con el trámite finalizado. “Nos faltó agregar el nombre de la escuela en los sobres y tuvimos que volver a corregir, y son 3.600 mesas… Se generó confusión porque se trasmitió un mensaje en el que no se expresó bien cómo presentar los votos testigos. Es tremendamente engorroso, lo que contrasta con la excelente predisposición del personal”, comentó.
Junto a la puerta, una de las encargadas partidarias del Frente Justicialista por Tucumán esperaba la llegada de las camionetas con el resto de bolsas con los votos de la lista oficial y de los acoples. “Nos pidieron a nosotros que separemos mazos de votos por mesa y escuela, para adelantar el trabajo de los funcionarios”, confió en voz baja un allegado peronista.
En plena vereda, sobre dos mesas, dirigentes de la Coalición Cívica desarmaban los paquetes y reorganizaban los mazos. Debían colocar los votos en sobres papel madera con el número de mesa y de la escuela. “Estamos en contra de este sistema anacrónico, que lleva a gastar una locura de boletas y de papel”, se quejaba Antonio Riba, candidato a concejal en la capital por un acople de Vamos Tucumán. Explicó que estaban preparando nuevamente los paquetes para presentar cerca de 130.000 boletas. “Nos guiamos por una resolución que no era precisa. No podemos continuar con este sistema en el que los partidos deben trabajar en esta división por mesa en vez de difundir nuestras ideas en la campaña”, agregó.
Puertas adentro de la Junta, los funcionarios delimitaron con cinta de papel una cuadrícula que se extendía casi a lo largo de todo el salón principal, identificando localidades, escuelas y mesas para separar los votos.
“Estamos a las corridas ahora porque nos modificaron los requisitos. Es difícil de entender porque se hizo caótico. Tenemos exigencias de todo tipo, cuando hay apenas cuatro días para preparar todo”, se quejó por teléfono Clarisa Alberstein, candidata a gobernadora por el MST, mientras corría a su partido para modificar la presentación.