El gobernador Juan Manzur pareciera estar decidido a llevarse todo por delante, en el peor año en mucho tiempo como lo fue este 2020, a causa de la pandemia mundial de coronavirus. Y es que, pretendería dar luz verde al tarifazo en los servicios de luz y gas. ¿Estará dispuesto a enfrentarse con el Presidente de la Nación, Alberto Fernández, y con la mismísima sociedad tucumana? Y es que, hasta la fecha. la provincia no adhiere la medida invocada por Nación respecto del congelamiento de estos servicios.
En un año marcado por la pauperización del salario, tanto de los trabajadores privados como de quienes se desempeñan en el sector público, la actualización del precio de los servicios de luz y gas serían un golpe de nocaut para los ya de por sí decaídos bolsillos de la gente. Teniendo en cuenta esta realidad, es que desde la Nación, se decidió la extensión del congelamiento de las tarifas durante los próximos tres meses.
Y es que a esta situación se le debe agregar la pérdida de innumerables puestos de trabajo, a causa de la pandemia de COVID-19, lo que hace aún más pertinente la decisión de congelar la actualización de estos servicios desde la Nación. Sin embargo, todavía el gobernador no estaría convencido de aplicar la misma medida en Tucumán. ¿Acaso existiría algún negociado entre el gobernador y las empresas privadas que brindan estos servicios?
Y es que la pregunta es más que pertinente, teniendo en cuenta que el gobernador de Tucumán, es de los mandatarios provinciales más pegados a la gestión del presidente Alberto Fernández. Entonces resulta más que llamativo que en su provincia no quiera imitar al Jefe de Estado a nivel nacional. Incluso, legisladores oficialistas apuntan a congelar el precio de la luz y el gas de cara a un año en que tendrán lugar las elecciones parlamentarias nacionales.
¿Acaso estaría dispuesto Manzur a enfrentarse abiertamente a la sociedad, justamente en un año electoral?. No parece casualidad que los únicos que alcen la voz en contra de esta postura del gobernador sean legisladores del propio oficialismo. Esto se debe a que los funcionarios y ministros del gobierno apoyan a Manzur. Mientras que los representantes del pueblo en la Cámara legislativa están con su titular, Osvaldo Jaldo.
Eso significa que a la especulación y al cálculo en cuanto a costo político que analiza Manzur, se le opone el oportunismo electoral de Osvaldo Jaldo. Pero entonces, la sociedad tucumana es la que queda en el medio de esta guerra fría berreta que están librando los hombres más poderosos de la política a nivel local. Mientras tanto, la incertidumbre acerca de cómo afectará el precio de los servicios a los presupuestos familiares continúa.
Mientras Manzur y Jaldo apuntan a retener el poder cueste lo que cueste, las familias tucumanas agigantan el estrés típico de fin de año, a causa de desconocer cómo podrán afrontar el pago de los servicios de luz y gas en caso de que éstos aumenten en cuestión de dos semanas, cuando comience el año 2021. Una vez más, queda demostrado que los únicos intereses para la clase política son los propios, mientras que le dan la espalda a los de la sociedad.