Vacunas. Todas las que sea puedan conseguir, en el menor tiempo posible. Ese es uno de los objetivos centrales que tiene el gobierno nacional en esta etapa donde el plan de vacunación ya lleva cuatro meses, el invierno se aproxima, la segunda ola de coronavirus impacta con fuerza y las elecciones ya tienen una fecha definida.
El Gobierno espera sumar en junio dos jugadores clave para darle un mayor volumen al plan de vacunación. El primero es China. Otra vez. El país asiático cumplió con el contrato firmado con Argentina por 4 millones de dosis y avisó que suspendería por unos meses la exportación de vacunas contra el COVID-19 para concentrarse en la inmunización de su población.
Cuando se conoció esa decisión desde el Gobierno admitieron que no habría más dosis de Sinopharm hasta después de julio. Por eso apuraron las gestiones para que se complete el envío de lo que ya estaba acordado antes del cierre a la exportación.
La vacuna china de Sinopharm volverá llegar a la Argentina a partir de junio
Sin embargo, fuentes oficiales de la Casa Rosada le confirmaron que a partir del mes que viene el Gobierno volvería a contar con más dosis de Sinopharm. Aún no hay un contrato firmado pero las gestiones están avanzadas. La idea es poder contar con uno o dos millones más de dosis el próximo mes.
El segundo jugador que va a sumar el Gobierno es el Laboratorio argentino Richmond, que el 20 de abril anunció que había empezado a producir la vacuna rusa Sputnik-V y que habían enviado un lote de 21.000 dosis a Rusia para que se les realice el control de calidad.
La noticia sacudió el tablero político y sanitario de la Argentina. Con la aprobación final del Instituto Gamaleya, el laboratorio quedará en condiciones de empezar a producir un millón de dosis al mes en su planta actual, escalable hasta cinco millones.
El Gobierno espera contar con cerca de 2 millones de dosis de la vacuna Sputnik V, producida por Richmond, para junio. Sería el inicio de una producción local que en julio podría subir un escalón más.
La hoja de ruta del laboratorio, que por el momento viene al día, es aplicar un millón de dosis durante la primera quincena de junio. Todos los actores dan fechas con cautela, pero con convicción.
En la Casa Rosada hay mucha expectativa por dar ese salto en la provisión de vacunas. Sacan cuentas y estiman poder vacunar a las 14.492.299 de personas que forman parte de los grupos esenciales antes del 21 de junio, día en que comienza el invierno en Argentina. Hasta el momento en el país se aplicaron 9.383.945 dosis. De ese total, 7.866.933 recibieron la primera dosis y 1.517.012 la segunda.
En las últimas horas, el Gobierno logró destrabar la negociación con AstraZeneca para que el laboratorio comience a enviar las primeras dosis de las 22.400.000 que está comprometidas por contrato y que fueron pagadas en un 60%. Antes de que culmine mayo el paísrecibirá 3.960.000 dosis de ese paquete de vacunas y 861.600 dosis de la misma marca a través del Fondo Covax.
A las dosis de Astrazeneca se le sumarán los vuelos intermitentes que provienen de Rusia y que en Balcarce 50 nunca conocen cuántas vacunas traerán hasta que no son embarcadas en el aeropuerto de Moscú. El último vuelo que arribó el lunes Argentina logró traer 6.035.850 dosis de la vacuna Sputnik. Del total, 4.975.690 son del primer componente y 1.060.160 del segundo.Cecilia Nicolini, Carla Vizzotti y Marcelo Figueiras
Astrazeneca y Rusia son los dos pilares sobre los que se sostiene el Gobierno para llevar adelante el plan de vacunación, debido a la cantidad de dosis que tienen comprometidos con esos dos laboratorios: 22 millones de dosis de Astrazeneca y 30 millones producidas por el Instituto Gamaleya en Rusia.
En paralelo, la administración de Alberto Fernández tiene un puñado de negociaciones truncas con otros proveedores. Por el momento las charlas con Pfizer están dormidas, mientras que con Johnson&Johnson se registran algunos avances pero con promesas de vacunas para el próximo año. Son dos proveedores con los que no puede contar.
Tampoco podrá contar con el segundo envío de 580.000 dosis de Covishield/ AstraZeneca que provienen de la India, debido a que ese país, que está viviendo una tragedia sanitaria como consecuencia del rebrote de casos, cerró la exportación de vacunas.
La suspensión del envío no ocasionará problemas para quienes ya recibieron la primera dosis, ya que podrá suplantarse con las que lleguen dentro del paquete de Astrazeneca que ya firmó el Gobierno. En el Gobierno esperan que a partir del próximo mes el laboratorio comience a enviar cerca de 4 millones de dosis mensuales. El mismo número que se comprometieron a mandar antes de que termine mayo.
En Balcarce 50 sostienen que un promedio aceptable sería vacunar a 5 millones de personas por mes. Es un anhelo pero también una proyección. El plan de vacunación no es solo una gestión sanitaria administrada por el Gobierno que busca salvar vidas frente a la pandemia, sino también uno de los ejes del proyecto electoral que tiene la gestión de Fernández para este año. El otro es la economía.
En ese contexto, sumar a China nuevamente como proveedor y contar con una producción local de la mano de Richmond acortará los tiempos de vacunación. Ese resultado, si realmente se da como lo tienen previsto en la Casa Rosada, tendrá un primer impacto sanitario y un segundo impacto político. El plan está. Falta la ejecución. Pero el Gobierno, en esta oportunidad, parece estar en condiciones de cumplirlo al pie de la letra.