Luego de que en los últimos días en Tucumán se duplicara la cantidad de contagiados diarios por coronavirus y, teniendo en cuenta las declaraciones de la ministra de Salud, Rossana Chahla, cabe preguntarse si el Gobierno dará un manotazo de ahogado y a días de que se produzca la Navidad intentará prohibir las reuniones sociales. Y es que en el oficialismo existe temor de que la segunda ola o rebrote de COVID-19 se produzca en el marco de las fiestas de fin de año.
¿Pero acaso existe margen para tomar una medida como esa? La respuesta es claramente no, debido a que la sociedad no toleraría de ninguna manera un confinamiento de cara a las festividades de diciembre. Pero no sería la primera vez que desde el oficialismo se decidiera ir en contra de la sociedad a la hora de decidir sobre las libertades individuales, tal como lo hicieron durante gran parte de este 2020.
En esta línea, el sector gastronómico, lejos de dar marcha atrás con la posibilidad de que la gente se reúna en bares y restaurantes, insiste en extender el horario de atención de sus locales. En su momento, también los dueños de salones de fiestas desafiaron abiertamente al Gobierno de Tucumán, cuando dijeron que con o sin su permiso pondrían en funcionamiento los espacios con los que cuentan para albergar fiestas y otro tipo de celebraciones.
Estaría muy equivocado el gobierno local si considera redoblar la apuesta en estos momentos, como si se tratara de una simple partida de cartas, debido a que no existe en la sociedad tucumana margen para una medida así. Sin embargo, el temor podría llegar a pesar más que el sentido común en la administración de Juan Manzur y Osvaldo Jaldo a la hora de tomar una decisión impopular y que la sociedad rechazará de pleno.
La otra posibilidad que cobró fuerza, es que una vez que pasen las fiestas de fin de año, se endurezcan nuevamente los controles a la hora de evitar la circulación masiva de personas. El problema es algo que no tiene en cuenta las autoridades gubernamentales, y es el hecho de que, luego de las festividades de diciembre, lo que siguen Tucumán es la temporada veraniega en la cual no sólo las personas de esta provincia se movilizarán.
Desde distintos lugares del país, también arribarán a Tucumán para visitar los distintos atractivos turísticos con los que cuenta la provincia. De hecho, eso es algo que esperan con mucha esperanza en el sector del turismo, una de las actividades más golpeadas no sólo a nivel local sino incluso a nivel internacional a causa de la pandemia mundial de coronavirus. Una vuelta al confinamiento sería la destrucción masiva y para siempre del turismo.
¿En este contexto acaso se animará Manzur junto con las autoridades sanitarias de volver a aplicar la cuarentena en Tucumán? Por último, cabe mencionar que será un desafío el hecho de que lugares abiertos y gratuitos como por ejemplo la zona del dique El Cadillal, la gente mantenga distancia social y utilice tapabocas. Por lo tanto, el desafío de la administración peronista es grande, sobre todo, si se tiene en cuenta, lo mal que se manejó la pandemia.
