Bien dice el dicho que el zorro pierde el pelo pero nunca las mañas y eso es lo que pareciera volver a estar pasando con el INDEC. Conocidos por todos es el hecho de que durante la gestión de Cristina Kirchner este organismo se dedicó a dibujar estadísticas como si eso pudiera tapar la realidad. Y es que en el día de ayer se conoció la vergonzosa noticia de que la inflación correspondiente al mes de julio fue de apenas un inverosímil 1,9%.
Y es que, francamente, nadie puede creer que esa cifra se corresponda con la realidad de todos los días. Ya no se trata de lo que puedan esperar los analistas y entendidos en economía o estudiosos del consumo. Y es que el hecho de que nos están estafando a los argentinos en su conjunto es algo palpable por el ciudadano común, es decir, por la persona de a pie que no necesita de sofisticados informes para darse cuenta por dónde pasa la realidad diaria.
Y es que basta con darse una vuelta por cualquier supermercado y asomarse a las góndolas para observar que de ninguna manera el índice de inflación correspondiente al mes de julio puede haber sido menos del 2%, algo que claramente nadie esperaba. Desde el Gobierno salieron rápidamente a tratar de explicar lo inexplicable, amparándose en supuestas razones entendibles, como el hecho de las pocas variaciones en precios regulados y estacionales.
Pero, sobre todo, la estafa a la que nos estaría sometiendo el INDEC se hace más palpable cuando en el informe dado a conocer ayer, se señala que el rubro de alimentos aumentó además por debajo de la inflación de julio, es decir un 1,3%, algo verdaderamente tragicómico. De hecho, las estimaciones realizadas por las consultoras privadas habían advertido acerca de una aceleración en la suba de precios correspondientes a los alimentos.
Y es que el rubro de los alimentos es el que mayor incidencia tiene en lo que hace a la conformación del Índice de Precios al Consumidor (IPC). Sobre todo, teniendo en cuenta que el propio Gobierno nacional habilitó para el pasado mes correcciones de precios al alza en lo que hace al programa de Precios Máximos, que fue de entre el 2% y el 4,5%. Otro tanto ocurrió con el programa de Precios Cuidados, donde autorizó subas de entre el 4% y el 6%.
Además, esto significaría que en alimentos y bebidas la variación en relación al mes de mayo sólo fue de apenas el 0,3%, algo imposible de creer. Como difícil de concebir también es el hecho de que en los primeros siete meses del vigente año, los precios hayan acumulado un incremento de sólo el 15,8%, tal y como lo refleja el propio INDEC cuando todos sabemos que los valores de los productos se remarcan mes a mes en las góndolas de los supermercados.
[su_note note_color=”#0A8C06″ text_color=”#ffffff” radius=”10″ class=””]De esta forma, el acumulado del año en materia de inflación cerrará por debajo del 40%, pero sólo en los papeles dibujados por el INDEC. Y es que nadie podría pensar que lo publicado tiene asidero en la realidad. Creer que una cifra dibujada puede cambiar la realidad es tan ingenuo como pensar que con un dedo se puede llegar a tapar el sol. El regreso del kirchnerismo confirmó que no cambió de música, sólo apenas de instrumento.[/su_note]