El kirchnerismo, con la CGT como aliada, aspira a darle un duro revés a Javier Milei: votar el rechazo de la Ley Bases y el paquete fiscal y condicionarlo para todo el resto de su gobierno. Ese es el objetivo de máxima que se propuso Unión por la Patria y quedó en claro con la jugada que el martes hizo el jefe del bloque de diputados, Germán Martínez, y su par en el Senado, José Mayans, cuando plantearon la nulidad del giro de la media sanción de la Cámara Baja a la Alta.
Héctor Daer, uno de los tres titulares de la CGT, y Pablo Moyano solo ponen en palabras cuál es la maniobra cuando recalcan que a UxP, con 33 legisladores, solo le faltan 4 votos para bloquear la sanción. Así, convertirían a Milei en el primer presidente de la historia argentina que haya llegado a cinco meses de gestión sin haber logrado la aprobación de una ley. Con una consecuencia grave: esos proyectos no podrían volver a ser tratados por el Congreso hasta 2025.
La estrategia de mínima, más humilde, es la de formular tantas modificaciones a los proyectos que obligue al Senado a devolverlos a Diputados y demorar su sanción. Milei llegaría así al 25 de Mayo, fecha del anunciado “Pacto de Mayo”, sin poder mostrar ese éxito. La CGT quedó envuelta en esa dinámica.
Si bien ayer la delegación que encabezaron Daer, Gerardo Martínez y otros sindicalistas que se reunieron con senadores de UxP dejó de lado a Pablo Moyano, quien no fue invitado, fue este último quien terminó imponiendo el tono del paro. Los dirigentes de la CGT -quienes vienen de negociar con el Gobierno la supresión de todas las normas de la Ley Bases que perjudican a los gremios- terminan protagonizando un paro que, se vislumbra, será muy fuerte y pidiendo el rechazo de aquel proyecto.
No fue casual que ayer haya reaparecido Cristina Kirchner, que además de decir que “Milei habla tonterías por el mundo”, cuestiono uno de los puntos más sensibles del paquete fiscal, el régimen para grandes inversiones (RIGI), porque privará al país de cobrar en el futuro derechos de exportación.
Algo parecido, dijo Martín Lousteau, que criticó la excesiva generosidad de ese régimen. El escenario es funcional a Milei y a Cristina: llevar al extremo la polarización y conservar sus electorados, ninguneando cualquier otra alternativa electoral.