En su afán de recaudador impositivo compulsivo que aplica el kirchnerismo para subsidiar a sus votantes cautivos, se conoció que el Gobierno nacional “se olvidó” de actualizar el monto a partir del cual se debe pagar el impuesto a los Bienes Personales, por lo que este año lo deberán pagarán todos los contribuyentes que a fines de 2020 tenían bienes gravables por al menos 2 millones de pesos, la misma base imponible aplicada en el ejercicio 2019.
Ahora bien, el problema surge dado que la inflación del 36,1% registrada en 2020 jugará en contra de los contribuyentes, ya que habrá más personas que este año deberán pagarlo, aunque hubieran quedado afuera del impuesto el año pasado y no se hubiera modificado sustancialmente su situación patrimonial. En este caso, el Gobierno nacional repite la distorsión que se dio años atrás con el impuesto a las Ganancias y el Mínimo no imponible.
Esto significa que, al no actualizarlo, llevó a que cada vez más personas quedarán alcanzadas por el impuesto a las Ganancias. En cierta forma, el beneficio por dejar fuera del alcance de Ganancias a los salarios de hasta $150.000 será devuelto por los contribuyentes que deberán pagar ahora bienes personales. Por lo tanto, el kirchnerismo ha vuelto a estafar a la sociedad, ya que lo que no se pague por Ganancias, habrá que hacer por bienes personales.
Para colmo, tampoco se actualizó el piso de 2 millones para el caso de los empleados que en 2020 obtuvieron ese monto en concepto de ingresos brutos. Estos contribuyentes deberán igualmente presentar declaraciones juradas informativas. Luego, en función del patrimonio declarado, se verá si deben o no pagar el Impuesto. No en vano, el Gobierno nacional decidió correr las fechas de presentación de la declaración jurada y el pago.
Y es que los vencimientos que estaban previstos a partir del 11 de junio y hasta el 16 de junio fueron corridos para el mes de julio, aunque aún no se informaron formalmente las fechas. Lo concreto es que no hay cláusula de ajuste por inflación y la base imponible atrapará a cada vez más contribuyentes. La atribución para modificar la base la tiene el Congreso de la Nación, que esta vez no la tocó.
La base de contribuyentes de bienes personales se amplió significativamente tras el blanqueo de capitales que se cerró en marzo de 2017. Muchos de ellos declararon bienes en el exterior, que obviamente están tasados en dólares. La falta de actualización más la disparada del dólar frente al peso literalmente los mata. Ocurre que el dólar cerró 2017, el año del cierre del blanqueo, a cerca de $19, saltó a $39 al cierre de 2018 y a $60 a fines de 2019.
El año pasado terminó el oficial y $90 a fines de 2020, el valor de referencia para el impuesto a pagar el mes que viene. Además, se había prometido bajar la alícuota de bienes personales al 0,25% y hoy llega al 2,25% para los bienes en el exterior. Queda claro que la única intención del Gobierno nacional es la de recaudar cual ave de rapiña con el mezquino objetivo de ganar las elecciones regalando dinero a sus votantes a costa del trabajo de la clase trabajadora.
